El régimen sirio se ceba en Homs. Enric González

Manifestantes contra El Asad en un funeral por víctimas de la represión, el 2 de noviembre en Hula, cerca de Homs. / REUTERS



Homs se ha convertido en el bastión de la lucha contra el presidente Bachar el Asad. Las fuerzas del régimen sirio siguen atacando la ciudad, en la que un número indeterminado de militares desertores encabezan la defensa. Una portavoz de la ONU dijo ayer que la situación en Homs era “particularmente horrorosa” y anunció que desde el inicio de la revuelta, en marzo, la violencia se había cobrado ya más de 3.500 muertos en todo el país.

El Ejército y las bandas armadas de El Asad han lanzado varios asaltos sobre Homs. En abril, los militares dispararon con ametralladoras sobre una manifestación y en las semanas siguientes emplearon tanques y artillería para someter el barrio de Baba Amr. En junio, el Gobierno proclamó que Homs había sido “pacificada”. Pero la ciudad, situada en el centro del país, a medio camino entre los dos principales núcleos urbanos sirios, Damasco y Alepo, se mantiene en rebelión. El caos provocado por los combates callejeros ha permitido la entrada en Homs de numerosos grupos de desertores, que se hacen fuertes en un barrio y se retiran hacia otra zona en cuanto las fuerzas gubernamentales estrechan el cerco.


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