Los políticos amenazan la liquidez del mercado. Raquel Merino Jara

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Lo que dicen querer los legisladores, por tanto, son inversores, expulsando a los jugadores especuladores. En el punto de mira están, pues, los "jugadores" que arrastran los valores al fango por haberse puestos cortos en una acción, título de deuda pública, materia prima o similar. O aquéllos que, estando largos en esos mismos instrumentos financieros, compran pidiendo prestado un 95% de la inversión, con tan sólo un 5% de exposición propia, y se ven obligados a vender súbitamente si cambia de tendencia o a dar una mejor garantía al prestamista para ganar más tiempo y así evitar verse obligados a desprenderse de sus títulos.


Lo que realmente significa invertir a largo plazo es ser consciente de que el mercado a veces no paga lo que un negocio vale a largo plazo porque está dominado por la falta de liquidez, la incertidumbre, el pánico, la incredulidad, etc., y que, en tales casos, si se tiene una acción con revalorización latente importante, lo interesante es mantenerla.


Los traders, con su labor diaria, están "haciendo mercado". Son los market makers del sistema financiero. Básicamente, los traders manejan rangos en los que estiman que en un corto plazo se va a mover un activo. Sus beneficios se asientan en este presupuesto anterior. Si la cotización se mueve en el rango bajo (cerca del soporte), compran a la espera de que suba hacia la media (o más) y sueltan lastre. Procederán a la inversa si la acción se mueve por el nivel más alto: venderán, esperando que caiga, para volver a comprar cuando lo haya hecho.

La cuestión es la siguiente. No siempre hay tantos compradores como vendedores y a la inversa. En esos casos, el trader es quien actúa haciendo de contraparte. Por decirlo de otra manera, cuando se mueve la cotización en niveles bajos, en el acto de comprar no valora la acción per se, sino que estima que en ese momento hay pocos demandantes y él entra a sustituirlos comprando. Sabe que, en circunstancias estables, aparecerán con el tiempo esos compradores deseosos de sus títulos. Por eso, de alguna manera sustituye temporalmente a los compradores (o vendedores si nos moviéramos en el rango alto) hasta que asomen la cabeza.

La existencia de los traders, por tanto, contribuye a hacer los mercados muy continuos (mucha profundidad de mercado) y muy negociables. Si yo no soy un trader, quiero colocar mis acciones en el mercado (y no hay gran cambio de circunstancias), el volumen de acciones que saco a la venta no va a afectar apenas al precio gracias a que los traders que compran y venden continuamente dan profundidad al mercado. Es decir, tendré más posibilidades de encontrar comprador rápidamente y con deseos de hacerse con mi acción. Por el contrario, si no existieran los traders y quiero vender, sacrificaría más precio al no encontrar quien me compre o tardaría mucho más tiempo en colocarlas si no quiero que se vea afectado el precio de venta.





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