Entrevista con Catherine Hakim. Eduardo Suárez

Pregunta.- Usted ha publicado un ensayo sobre los mitos del feminismo. ¿Cuál es el más influyente?

Respuesta.- La idea de que hombres y mujeres tienen la misma idea de la vida y que ambos tienen el mismo interés por trabajar a tiempo completo. Para una minoría de mujeres (alrededor de un 20%) su carrera es la prioridad absoluta. Pero la mayoría de las mujeres quieren mantener un equilibrio entre su trabajo y su vida familiar. La mayoría no quiere ni un puesto directivo ni un empleo a tiempo completo y una minoría ni siquiera quiere trabajar.

P.- Usted insinúa también que las políticas de igualdad tienen un sesgo antimasculino.

R.- En mi opinión, las políticas de igualdad no deberían beneficiar a ninguno de los dos géneros. Los hombres tienen derecho a competir con las mujeres en igualdad de condiciones. Sin discriminación positiva.

P.- Pero los gobiernos piensan que la discriminación positiva es necesaria para lograr la igualdad entre ambos sexos.

R.- La discriminación positiva logró mejorar las condiciones de vida de las mujeres al principio. Hoy en día cada vez menos.

P.- Algunos países sopesan instaurar una cuota femenina en los consejos de las grandes empresas.

R.- En política estoy a favor. En las empresas, no. Nadie ha presentado una sola prueba de que eso sea mejor para las empresas. Dicen que sería bueno para fomentar la diversidad. Pero entonces, ¿por qué cuotas para mujeres y no cuotas para ancianos o para inmigrantes? Hay muchas mujeres que están en los consejos de las empresas por sus propios méritos. Cambiar la ley para instaurar una cuota sería una traición a la meritocracia.

P.- Usted cuenta que la brecha salarial entre hombres y mujeres es mayor en Suecia que en Sri Lanka. ¿De verdad?

R.- Así es. La gente piensa que Suecia es la tierra prometida de la igualdad. Pero eso es porque no conocen el mercado laboral sueco. La diferencia de sueldos entre hombres y mujeres en Suecia es igual que la media europea y en muchos casos superior a la de algunos países mediterráneos. No lo digo yo. Lo dicen sus estadísticas. Las políticas de los gobiernos suecos han mejorado la conciliación familiar de las mujeres suecas, pero no han ayudado a lograr la igualdad entre ambos sexos. Y ese fue siempre su objetivo.

P.- Deme algún ejemplo.

R.- Las cifras dicen que es 10 veces menos probable que una mujer alcance un puesto directivo en una empresa en Suecia que en EEUU. Por eso insisto en que las políticas de igualdad que se promueven hoy en Europa no logran lo que se proponen y en ocasiones son contraproducentes. Los empresarios son más reacios a contratar a mujeres. Sobre todo en sus años fértiles porque saben que tienen derecho a una baja de maternidad muy larga.



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