El laberinto económico. María Blanco

La politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neuman definió la "espiral del silencio" como el fenómeno por el cual el individuo se abstiene de decir su opinión cuando es contraria a la opinión pública más fuerte (no necesariamente en términos numéricos) y no duda en expresarla cuando coincide con ella. La raíz de este fenómeno está en el hecho de que el ser humano tiene miedo orgánico a estar solo. Al decir orgánico me refiero a que se localiza en una zona concreta del cerebro.

De esta forma, la opinión pública aparece como un elemento que confiere cohesión a la sociedad.

En nuestro siglo son los medios de comunicación los principales agentes creadores de opinión. Y los políticos lo saben. Los de una cuerda y los de otra. De ahí la indisoluble unión de la política y la prensa, para lo bueno y para lo malo... La importancia de la opinión pública en la sociedad explica que los portavoces y ministros en ruedas de prensa mientan como bellacos, maquillen los datos, resalten determinados datos y omitan otros. La idea de la inventora del término "espiral del silencio" es que si se consigue que la opinión pública exprese optimismo respecto a, pongamos, la posible recesión económica en España, es más probable que salgamos bien parados. Como si se invocaran espíritus benévolos o, por el contrario, espíritus cenizos y el mero hecho de nombrar un desenlace bueno o malo se creara un ambiente más propicio para su cumplimiento.


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