Arcadi Espada sobre el atentado contra la casa cuartel de Vic

Escribe Espada sobre el atentado, hace 20 años, contra la casa cuartel de Vic.

Destaco:

Nadie en Vic salió a la calle para llamarles a los asesinos por su nombre de pila. Ni aquella tarde ni al día siguiente ni nunca. (...) Apenas dos años después de la matanza sí salió Vic en manifestación airada. Para protestar por que fueran a reconstruir el cuartel cerca de una escuela. A ver si al final van a darnos a nosotros. Lo que a mí siempre me ha fascinado del pueblo, más que su sentido ético, es el estético.


Hace 20 años, situaos por Arcadi Espada.

Hace 20 años, exactamente la tarde del 29 de mayo de 1991, ETA mataba a diez personas, algunas muy pequeñas, haciendo estallar un coche bomba contra la casa cuartel de la guardia civil en Vic. La imagen del atentado, obra de Pere Tordera, fue la del guardia civil que llevaba entre sus brazos a una niña herida, sin pie. Hoy le hubieran cortado el pie otra vez para no herir la sensibilidad. Es una foto inmensa, un orgullo del periodismo y de la vida. Vuelvo a verla, y al guardia, en el reportaje de David Fontseca que dio el domingo Antena 3. En ese trabajo hay una escena que me quita el sentido. Un hombre que dice: «Yo era el guardia de la puerta». Y que se culpa, suavemente, sin estridencias, profundamente, porque por esa puerta pasó el coche asesino. «Era mi servicio». Todo lo que dice, y también su forma de mirar adentro, es de una gran nobleza desolada. «Yo era el guardia». Es muy grande, pero la nobleza del caso se acaba en esos guardias triturados.
Nadie en Vic salió a la calle para llamarles a los asesinos por su nombre de pila. Ni aquella tarde ni al día siguiente ni nunca. Eso se apreciaba mejor en el exquisito reportaje que sobre el caso dio hace algunas semanas TV3. Hace dos años, dos, se avinieron a poner un placa en el lugar de los hechos: «A todas las víctimas del terrorismo». Otra exquisitez. Todas. Un disparo por elevación. La solidaridad con las víctimas remotas cubre nuestra indiferencia hacia las próximas. En cualquier caso en la lengua está todo. Nunca hubo el atentado de Vic. Como, al contrario, sí hubo el atentado de Hipercor. El atentado contra la casa cuartel de Vic: eso es lo justo y necesario. Apenas dos años después de la matanza sí salió Vic en manifestación airada. Para protestar por que fueran a reconstruir el cuartel cerca de una escuela. A ver si al final van a darnos a nosotros. Lo que a mí siempre me ha fascinado del pueblo, más que su sentido ético, es el estético.
El atentado de Vic fue muy importante desde el punto de vista de la nobleza de los hombres y de las cosas. Dos días después de la bomba el entonces portavoz de Esquerra Republicana escribió aquella frase inolvidable en carta abierta y franca a ETA: «Sólo me atrevo a pediros que, cuando queráis atentar contra España, os situéis, previamente, en el mapa». Ya sé que Carod ha sido muy criticado por esta frase. Por la enjundia moral, deduzco. Pero lo peor es el aparato intelectual. La frase es una bobada técnica. ETA se había situado muy bien, y previamente, en el mapa. Aquel cuartel ni era Vic ni era Catalunya. Lo prueban estos 20 años. Lo prueban hasta ayer, cuando este Mas presidente no asistió al acto de aniversario. Cuando queráis llorar a España, me atrevo a pediros.

Entrevista a Carlos Belmonte Martínez


Destaco:

¿Cuál es su actitud vital ante el dolor?

Quitarlo. El dolor simplemente nos informa de una lesión o una posible lesión. Una vez que se ha leído el telegrama, se rompe y se tira. Lo que hay que hacer es intentar quitar el dolor por todos los medios. No tiene nada de positivo una vez que ha cubierto su papel, que es informar de que hay algo que funciona mal. Nada más. Todo lo demás es completamente innecesario. Son mecanismos adaptativos que se han desarrollado durante la evolución pero pensar que la naturaleza es inteligente es bastante estúpido. La naturaleza es la naturaleza y tiene unos patrones de funcionamiento que no encierran ningún tipo de racionalidad. El dolor es un mecanismo adaptativo útil y que nos ha permitido sobrevivir, pero en el momento que empieza a molestar, fuera.


Usted ha criticado que el excesivo igualitarismo en la Universidad haya frenado los intentos por crear élites intelectuales y científicas. ¿Realmente cree que España adolece de esas élites?

Es una de mis frustraciones personales porque he luchado mucho por mejorar la calidad de la Universidad y digo siempre en broma una frase de Marguerite Yourcenar en Opus nigrum que decía: "todo constructor a la larga sólo edifica un derrumbamiento". Muchas de las cosas que he hecho al final me he limitado a ver cómo se caen.


¿Cómo se cayó la de la Universidad?

El extrapolar a la Universidad valores como la democracia y la decisión por consenso es una estupidez. Se ha cometido un gran error. En la Universidad las decisiones no se deben adoptar por mayoría. Es el conocimiento el que tiene que prevalecer, y reconocer que hay gente mejor que otra para eso. No quiere decir que sean mejores; quiere decir que son mejores para eso. Entonces, reconozcamos que son mejores científicos y démosles las condiciones para que desarrollen idealmente su trabajo. Si el interés de la colectividad es que se haga buena ciencia, elíjase al señor que está haciendo mejor ciencia y déjesele hacer como él considere que deba hacerse.

Diarios de Arcadi Espada

He releído este inmenso libro de Arcadi Espada.

La contraportada describe lo que es el libro:

La lectura de los diarios y la anotación de lo que el autor va encontrando en ellos son los materiales de este ensayo. A lo largo de 2001 —el año inverosímil en que enloquecieron las vacas y dos aviones destruyeron las Torres Gemelas—, el autor escribe sobre las noticias de cada día y traza una reflexión sobre el periodismo. Un oficio obligado por ley a encararse con los hechos, pro que corre el riesgo de convertirse en la principal forma de ficción contemporánea.

Este libro fue el germen del blog de Arcadi Espada, que estuvo activo desde el 1 de enero de 2004 hasta el 31 de diciembre de 2007. Las entradas del año 2004 también dieron lugar a otro libro. Les recomiendo que se sumerjan por el blog de Espada.

Arcadi Espada sigue escribiendo en su blog, aunque limita los comentarios a unas cartas con sus corresponsales, y en el periódico El Mundo. Pero el formato de su blog es diferente, cuelga sus artículos de prensa y alguna perla más. En El Mundo, se dedica a la crítica diaria de los periódicos, sus contenidos y el mundo en general. Para mí son de lectura obligada.

Diarios es un libro inmenso porque, aunque solo abarque el año 2001, es un ensayo sobre cómo encarar la lectura de los periódicos y la realidad. Sirve para todas las épocas y lugares.

Espada critica la mentira (p. 28): "La irresponsabilidad manifiesta que supone publicar mentiras, enormes y graves mentiras, se camufla en irreprochable modestia al argüir los periodistas, como hace hoy el directivo, que 'El periodismo es una suma de miradas'".

Escribe sobre los terroristas y el tratamiento, por parte de los medios, que hay que darles (p. 32): "Los medios tienen que hablar de los terroristas; incluso tienen que hablar con los terroristas. Baste que no olviden que la única razón que justifica hacerlo es el asesinato, que los terroristas están en los medios por los asesinatos y que esa es su única fama". Reflexión, que si se siguiera, nos ahorraría muchas lecturas estúpidas.

Otro caballo de batalla de Espada es la lucha contra la ficción en el periodismo. La ficción tiene su espacio, y el periódico no es su lugar. Los libros de Pilar Urbano y Javier Cercas son dos de sus dianas.

El porqué no es algo que deba responder el periodismo, según Espada (p. 52): "Un ejemplo de la utilización del porqué periodístico, en el lead: 'Humillada por su madre, que la abofeteó en presencia de su novio, Anne Pearsons, de 16 años, se arrojó esta mañana por la ventana de su casa, en el tercer piso del número 16 de la Avenida Hayes'.
Entre que Anne Pearsons cae y se escribe la noticia pasan pocas horas. Pero al periodista le bastan para decidir por qué se suicidó la muchacha. La atribución de la relación causa-efecto al binomio humillación-suicidio tiene el mismo fundamento que si identificara la causa del suicidio con el hecho de que la ventana estuviera abierta. Anne Pearsons se mató por la ventana, la humillación, o porque su novio le había dicho que ya no la amaba. O por nada de eso". Ejemplos como el anterior los hay a cientos en los periódicos. Esa manía de querer saber el porqué suceden las cosas, cuando no se tiene ni idea, y muchas veces ni se sabrá.

Espada escribe que el periodismo no se ocupa de los hombres, sino de una pequeña parte de sus vidas (p. 77): "Es en ese sentido perverso que el periodismo construye, destruyéndola, la realidad. Es la silueta hecha hombre, origen de tanta confusión colectiva. Es el periodismo que reduce la complejidad a dos minutos y seiscientas veinticinco líneas".

Da el argumento principal para evitar la mentira (p. 84): "Cualquier Relato, el menor relato, modifica la vida. El relato mediático modifica a diario millones de vidas para bien o para mal". Por lo tanto el mentir es inmoral, y (p .84): "(...) la publicación de noticias falsas: solo se castiga el daño que esas noticias provoquen y siempre que medie la denuncia previa de los perjudicados".

Espada es un defensor de mostrar lo que provocan las acciones terroristas. Así, después del atentado en las Torres Gemelas (p. 196): "A la vista de todos los periódicos extendidos sobre la mesa hay que preguntarse, sobre todo, por los que proponían silenciar los actos terroristas. Sin duda, era su momento".

Y muchos más temas trata Arcadi Espada.

Cómo escribir claro de Jordi Pérez Colomé

En este libro Jordi Pérez Colomé, autor del blog sobre política internacional Obamaworld, explica como escribir con claridad y precisión. Lo incluyo entre mis libros.

La lectura es muy fácil, con los conceptos muy claros, con ejemplos y consejos. 

Aquí una entrevista con el autor, hablando sobre el libro.

El índice es el siguiente:

1. El lector manda.
2. La cabeza, ordenada.
3. Escribir no es fácil, tampoco es divertido.
4. Hay que escribir, no demostrar que se sabe escribir.
5. Para mejorar, hay que practicar.
6. Si una palabra parece innecesaria, seguro que lo es.
7. Si una palabra corta va bien, por qué poner una larga.
8. La frase corta, la voz activa y afirmativa, el párrafo útil.
9. El lenguaje debe ser definido, concreto.
10. Releer, retocar, reescribir.

Destaco un par de párrafos del libro:
El escritor norteamericano E. B. White (…), lo dice así: “Cuando piensas en que hay mil maneras de expresar la idea más simple, no es una sorpresa que los escritores estén bajo una fuerte presión. Los escritores se preocupan mucho sobre cómo decir algo; es lo que hace la diferencia. Se enfrentan sin parar a demasiadas elecciones y deben tomar demasiadas decisiones”.
El texto está terminado. ¿Puede enseñarse o entregarse o enviarse? No. Mientras uno escribe está más concentrado en qué dice, y menos en cómo lo dice. Está máspendiente de los argumentos que de las frases. En la relectura es donde destacan las palabras que sobran, las frases demasiado largas, las expresiones cansinas.

El atentado contra la casa cuartel de Vic

Libertad Digital está recordando a todas las víctimas del terrorismo de ETA en España.

En este blog, cada día, se recuerdan los atentados que han sucedido ese mismo día a lo largo de los años.

Gran labor de recuerdo y homenaje a las víctimas.



A las siete y cinco de la tarde del 29 de mayo de 1991, la banda asesina ETA lanzaba un coche-bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic (Barcelona), que quedó totalmente destruida. La explosión provocó la muerte directa de nueve personas. Dos guardias civiles: JUAN CHINCOA ALÉS y JUAN SALAS PÍRIZ; dos mujeres: NURIA RIBÓ PARERA, mujer del guardia civil Juan Chincoa, y MAUDILIA DUQUE DURÁN, suegra del guardia civil Juan Salas, también fallecido; y cinco menores de edad: FRANCISCO CIPRIANO DÍAZ SÁNCHEZ, de 17 años; MARÍA PILAR QUESADA ARAQUE, de 8 años; ANA CRISTINA PORRAS LÓPEZ, de 10 años; ROSA MARÍA ROSA MUÑOZ, de 14 años, y VANESSA RUIZ LARA, de 11 años. Además, el guardia civil en la reserva RAMÓN MAYO GARCÍA falleció al ser atropellado por una ambulancia que evacuaba a los heridos mientras prestaba auxilio a los afectados por la explosión.
Vic, localidad de unos 30.000 habitantes situada a unos setenta kilómetros al norte de Barcelona, era una de las subsedes donde se iban a celebrar pruebas de los Juegos Olímpicos de 1992, concretamente las de hockey sobre patines, que iban a tener carácter de exhibición. La banda asesina ETA había amenazado reiteradas veces con atentar contra objetivos relacionados con los Juegos Olímpicos que se iban a celebrarse en la capital catalana en 1992.
El vehículo utilizado, un Renault 6 cargado con 216 kilos de explosivos (doce bombonas con dieciocho kilos de amonal cada una), fue proyectado aprovechando la ligera pendiente de una de las calles laterales en las que se encontraba ubicada la casa cuartel. Una vez que el coche-bomba estuvo dentro del patio de la casa cuartel, el etarra Juan Carlos Monteagudo activó el explosivo con un telemando.
En la casa cuartel de Vic vivían catorce agentes de la Guardia Civil, trece mujeres y veintidós niños. El atentado se produjo cuando numerosos familiares de los guardias se encontraban en sus viviendas y algunos niños, como era habitual a esas horas, jugaban en el patio. Los niños iban al colegio por la mañana, pero a las siete de la tarde, hora del atentado, lo habitual es que hubiese 10 ó 12 niños jugando en el patio. Por ello las niñas asesinadas fueron las más afectadas por la explosión y sus cuerpos quedaron literalmente destrozados.
Cuarenta y cuatro personas resultaron con heridas de diversa consideración, algunos de ellas muy graves, con importantes mutilaciones (a una de las niñas heridas tuvieron que amputarle una pierna) y secuelas. Entre los heridos muy graves que consiguió sobrevivir, el niño de 2 años Rafael Reinoso Sánchez, que sufrió fractura de la base del cráneo.
Debido al estado en el que quedó el edificio se tuvieron que utilizar grúas y perros adiestrados para localizar a las víctimas bajo los escombros. A las diez de la noche los servicios de rescate lograron sacar con vida a una joven de 18 años y a una niña con su chupete en la boca.
La deflagración, a la que siguió un incendio, derrumbó el inmueble construido en los años sesenta y del que sólo quedó en pie la fachada. La explosión causó daños materiales en medio centenar de edificios situados en un radio de doscientos metros, principalmente en ventanas y cristaleras, aunque el edificio situado justo enfrente tuvo que ser derribado debido a los graves daños estructurales sufridos. Entre los inmuebles más cercanos al lugar de la explosión figura un colegio de religiosas con setecientos alumnos que en el momento del atentado estaba casi vacío.
La calle donde estaba la casa cuartel había sido cortada con motivo de una carrera ciclista comarcal, en la que el pueblo de Vic rendía homenaje al corredor local Melchor Mauri, que había ganado diez días antes la Vuelta Ciclista a España. Gran parte de la dotación de guardias se encontraba de servicio, cubriendo precisamente la competición deportiva, por lo que la mayoría de víctimas fueron familiares de los agentes.
El Hospital General de Vic quedó colapsado una hora después de la masacre, por lo que algunos heridos tuvieron que ser trasladados en helicóptero a otros centros hospitalarios de Barcelona. Las autoridades locales realizaron llamamientos radiofónicos para que los médicos de la ciudad se personasen en los centros hospitalarios y los habitantes de Vic acudieron a donar sangre masivamente. Numerosos vecinos ofrecieron sus hogares a los damnificados y el obispo de Vic, Josep María Guix, también ofreció las instalaciones del Seminario Diocesano para acoger a los guardias y a sus familiares que se quedaron sin vivienda.
El presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, el consejero de Gobernación, Josep Gomis, y el gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal, acudieron inmediatamente al lugar del atentado. Gomis fue increpado por uno de los guardias que sobrevivió al atentado, presa de un ataque de nervios.
Este atentado mostró la catadura moral de un personaje como Josep Lluis Carod-Rovira. Dos días después de la masacre, el por entonces diputado y portavoz en el Parlamento catalán de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC) escribió una carta abierta publicada en el diario Avui en la que pedía a la banda asesina ETA que no atentara más en Cataluña. Bajo el título "ETA, Kataluñatik Kanpora!", Carod-Rovira escribió: "Nada de lo que voy a decir es nuevo para vosotros. Os lo dije ya, hace medio año, en algún lugar de Euskadi, cuando en nombre de mi partido os pedí, formalmente, que no actuaseis más en mi país. Habéis respetado la petición durante seis meses. Ahora, sólo me atrevo a pediros que, cuando queráis atentar contra España, os situéis previamente en el mapa". Lo que sucedió después es de todos sabido. Mientras la banda criminal a la que Carod-Rovira suplicaba que no matase en Cataluña seguía asesinando, el abyecto político nacionalista siguió reuniéndose con los asesinos. Algunas de esas reuniones trascendieron a la opinión pública. Así, los días 3 y 4 de enero de 2004 se reunió en Perpiñán (Francia) con Mikel Albizu, alias Mikel Antza, y José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, para pedirles, de nuevo, que no cometieran más acciones terroristas en Cataluña. En un comunicado hecho público el 28 de febrero posterior, la banda asesina confirmó el pacto con el nacionalista catalán y anunció una tregua para dejar de matar sólo en Cataluña.
Pero si de cataduras morales hablamos, también hay que referirse a la reacción de Herri Batasuna. Tras no condenar el atentado, algo habitual en ellos, añadieron en un comunicado público que los dos etarras muertos en la operación de la Guardia Civil del día siguiente (Monteagudo y Erezuma), autores materiales de la masacre, "convirtieron sus vidas en permanente entrega a la causa de la paz y la libertad".
Pese a la reacción inicial que provocó la masacre, el paso del tiempo dejó en el olvido a las víctimas del atentado y a sus familiares. Así se denunció con motivo del décimo aniversario de la masacre. Familiares de los asesinados se quejaron públicamente de que el Ayuntamiento de la ciudad jamás hubiera hablado con las víctimas. Cinco años después, en 2006, el Ayuntamiento de Vic aprobó por unanimidad destinar un espacio en el lugar donde estaba la casa cuartel "para erigir un monumento, una placa o un símbolo en recuerdo de las diez personas que fallecieron". El símbolo se instalaría "dentro de unos años, cuando el Ayuntamiento venda el actual solar que servirá para financiar parte del nuevo teatro municipal", según recoge el texto oficial.
Al día siguiente de la brutal masacre, la Guardia Civil desarticuló al grupo Barcelona de ETA, autor del atentado, en una operación llevada a cabo en un chalé de la localidad barcelonesa de Lissá de Munt. Durante la operación murieron los etarras Juan Carlos Monteagudo Povo (jefe del grupo y ex dirigente de Terra Lliure) y Juan Félix Erezuma Uriarte, que se resistieron a su detención con armas de fuego, pero se detuvo al tercer autor directo de la matanza, Juan José Zubieta Zubeldia, que no opuso resistencia. En la misma operación se detuvo a Pilar Ferreiro Bravo y Jordi Mas Trullenque, profesor ayudante de Matemáticas Aplicadas en la Universidad Autónoma de Barcelona.
En el chalé se incautaron numerosos efectos (armas, explosivos, útiles para la confección de artefactos...) y documentación. Entre ésta destaca el informe que los asesinos estaban haciendo para el entonces máximo dirigente de la banda asesina, Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito. El texto, publicado por la revista Cambio 16 (10/06/1991), y sin finalizar debido a la intervención de la Guardia Civil, decía: "En la ekintza [acción] nos marcamos dos objetivos: uno militar y otro político. En primer lugar, como objetivo militar, ver si era posible meter un kamikaze [coche-bomba teledirigido] en el patio del cuartel. Como segundo objetivo, esta vez político, destruir el cuartel sin afectar demasiado al colegio que está al lado. El primer apartado tenía varias variables. La primera, ver si era posible otra...". Aquí se interrumpió bruscamente el informe al irrumpir por sorpresa la Guardia Civil en el chalé.
En junio de 1993 la Audiencia Nacional condenó a Juan José Zubieta Zubeldia a una pena total de 1.311 años como autor material. El fiscal Ignacio Gordillo calificó el atentado como "uno de los más bárbaros, alevosos y cobardes" que se han juzgado en la Audiencia Nacional, cuya única finalidad fue la de "provocar el mayor número de muertes posibles", y acusó a Zubieta de ser "autor directo" de nueve asesinatos y otros 44 asesinatos frustrados.
En diciembre de ese mismo año, se le condenó a otros 28 años y 6 meses de prisión por los delitos de depósito de armas de guerra y tenencia de explosivos. En la misma sentencia se condenó a Pilar Ferreiro Bravo y Jordi Mas Trullenque, a 8 y 6 años respectivamente, por su colaboración con el grupo Barcelona de ETA. Ferreiro Bravo alojó en su domicilio a Zubieta Zubeldia, Monteagudo Povo y Erezuma Uriarte. Además, convenció a Mas Trullenque, con el que mantenía relaciones sentimentales, de que alquilara el chalé de Llissá de Munt, donde los etarras se ocultaron y prepararon la masacre de Vic.
Juan Chincoa Alés, de 30 años, era natural de Martín de la Jara (Sevilla). También fue asesinada en el atentado su esposa, Nuria Ribó Parera, de 26 años. Su hija Ana fue una de las heridas. Quedó huérfana de padre y madre antes de cumplir los 2 años.
Francisco Cipriano Díaz Sánchez tenía 17 años cuando fue asesinado por la banda terrorista ETA en la casa cuartel de Vic. En el momento de la explosión se encontraba estudiando en su domicilio del acuartelamiento. Murió en el acto por la onda expansiva provocada por el coche-bomba. Francisco estudiaba tercero de enseñanza secundaria en el Instituto Callis de Vic. Sus padres estaban ese día en Zaragoza asistiendo a un funeral, y su hermana Pilar, de 18 años, también resultó herida por la explosión.
Ana Cristina Porras López, de 10 años, murió en el acto mientras jugaba con sus amigas en el patio de la casa cuartel. Su hermana Isabel Porras López, de 7 años, resultó herida de gravedad y se le tuvo que amputar parte de la pierna izquierda. Eran hijas del guardia civil Teodoro Porras.
Vanessa Ruiz Lara, de 9 años, también murió en el acto. Era amiga del colegio de hijas de guardias civiles. Como en otras ocasiones, su madre, Emilia Lara, había dejado que su niña fuera a jugar al patio de la casa cuartel con sus amigas, hijas de los guardias civiles. Con motivo del asesinato de Silvia Martín Santiago en agosto de 2002, Virginia Ródenas recordó en un artículo publicado en ABC la historia de otros padres que perdieron a sus hijos a manos de esta banda de alimañas. Entre otras trágicas historias se recuerda el caso de Vanessa y como su madre tuvo que aguantar en el juicio la declaración del asesino exterminador de niños Juan José Zubieta Zubeldía, uno de los tres autores materiales del atentado. Como respuesta a la pregunta del abogado acusador de "si no vio a los niños jugar segundos antes de lanzar el vehículo explosivo" dijo: "ése es un hecho que no valoramos porque no es nuestro problema que los guardias civiles utilicen a los niños como escudos humanos". Y añadía Emilia: "Me destrozaron la vida. ¿Qué significa que te destrocen la vida? Lo hemos dicho tanto que parece que no es nada. ¿Hay mayor dolor que perder a un hijo? ¿Puede haber algo más terrible que te arrebaten de esa manera tan brutal a tu hija de nueve años? Jamás nos ha llamado nadie del Ayuntamiento, nadie se ha interesado por nosotros, si seguimos vivos o hemos reventado. Diez años después no ha habido el más mínimo reconocimiento a los nueve muertos del atentado de Vic, cinco de ellos niños. Nada. Sólo el olvido. Y después de que te asesinan a un hijo ¿puede haber algo más doloroso que le entierren en el olvido? Ana Chincoa, que no tenía más de dos años, perdió a su madre y a su padre en el atentado. ¿Quién se acuerda de ella?" (Los Domingos de ABC, 11 de agosto de 2002). Emilia y la hermana pequeña de Vanessa, Cristina Ruiz, fueron entrevistadas en el documental Trece entre mil de Iñaki Arteta. Este es el testimonio de Cristina: "Siempre que salíamos del colegio íbamos un día al parque que había al lado de mi casa y otro día al cuartel. Ese día tocó ir al cuartel. A mí me cayó un ladrillo en la cabeza y me quedé ahí también. Ya luego vino un guardia y me cogió y me sacó para fuera". Cristina contaba como desde el asesinato de su hermana mayor visiona periódicamente un vídeo en el que está con Vanessa tres días antes del atentado, en el campo: "A lo mejor hay semanas que lo pongo tres días seguidos o pasan tres semanas y lo pongo otra vez (...) Tengo a mis hermanos, pero no es lo mismo. Ahora mismo me gustaría que estuviera para darme consejos, hablar de cosas (...)".
María Pilar Quesada Araque, de 8 años, estudiaba en el colegio del Sagrat Cor, situado a escasos metros de la casa cuartel en la que vivía. Al domingo siguiente iba a recibir la primera comunión. Por ese motivo, la niña había ido minutos antes de la explosión del coche-bomba al colegio para mostrarle a las monjas unas fotografías de estudio que le habían hecho con motivo de la celebración de su primera comunión.
Rosa María Rosa Muñoz, de 14 años, murió también en el acto mientras jugaba con sus amigas en el patio de la casa cuartel. Sus hermanos, Pedro y David, de 15 y 17 años en esos momentos, se salvaron de milagro, pues esa tarde se estaban examinando en la Escuela Industrial de Vic. En el momento en que asesinaron a su hija, su padre, el cabo de la Guardia Civil David Rosa, se encontraba en Madrid cursando estudios para ascender de graduación. Su madre, María Angustias Muñoz, estaba terminando su jornada laboral en un taller de confección cuando oyó la explosión. No le dejaron ver el cuerpo de su hija, que tuvo que ser reconocido por una vecina y compañera de trabajo. María Angustias confesó a ABC (01/06/1991) que querían quedarse en Vic, "porque es donde hemos enterrado a mi hija y es el pueblo donde ella se quería quedar. Ella estaba bien en Vic, hablaba catalán y tenía buenas amigas".
Juan Salas Píriz, de 48 años, era natural de Olivenza (Badajoz). Estaba casado con Manuela Morgado Duque, que resultó herida, y tenía dos hijos. La explosión del coche-bomba también mató a la suegra de Juan, y madre de Manuela, Maudilia Duque Durán, de 78 años y natural de Alburquerque (Badajoz).
Ramón Mayo García, de 55 años y casado, era guardia civil en situación de reserva activa. Natural de Talavera la Real (Badajoz), falleció atropellado por una ambulancia que evacuaba a los heridos mientras él mismo prestaba auxilio a los afectados por la explosión. Ramón fue reconocido como víctima del terrorismo por el Consejo de Ministros en el año 2005. Hubo otros tres heridos consecuencia de accidentes que se produjeron durante las labores de rescate y evacuación de los heridos: Josefina López Muñoz, de 48 años; Salvador Rodríguez Caña, de 17 años, y Juan Manuel Ruiz Alcalá, de 29 años. 

Ideas y no hombres

En esta entrevista a Carlos Rodríguez Braun, es sobresaliente la primera respuesta:

–¿Quiénes son, en su opinión, los cinco mejores economistas de todos los tiempos? ¿Y los más dañinos?
–Esa pregunta es tan popular como equívoca, porque no hay tal cosa como una persona completamente óptima o completamente pésima. Y esto vale también para los economistas. Por ejemplo: a nuestros lectores seguramente les gustará que les diga que creo que Hayek es un buen economista y Keynes es malo. Desde luego, yo lo creo. Sin embargo, Hayek abogó en Camino de servidumbre por un amplio sistema de Seguridad Social, lo que es un grave error, mientras que Keynes afirmó en su Teoría general que el poder de las ideas es más importante que el de los intereses, lo que es un gran acierto. También tuvo ideas provechosas el economista que más ha propiciado el intervencionismo además de Keynes, que fue J. S. Mill. Apunto de paso que el mismo Hayek elogió a Keynes por la mencionada afirmación en una entrevista que le hice hace muchos años en Revista de Occidente. Quizá en vez de buscar buenos y malos economistas habría que buscar buenas y malas ideas de los buenos economistas.

Reflexiones sobre las elecciones municipales y autonómicas de Arcadi Espada

Dos puntos a destacar de las reflexiones de Arcadi Espada:

3. El gobierno en la sombra es uno de los tópicos mayores correspondientes a este momento. Pero no, todo lo contrario. Lo que el Partido Popular debería hacer con los miles de concejales, cientos de alcaldes y decenas de diputados es un gobierno bajo el sol que anticipe, controle y convenza.

5. A pesar del vocerío, los resultados electorales de Bildu no suponen mayor novedad cuantitativa. El mismo apoyo de piedra que hace veinte años. Sin embargo hay una importante novedad moral: han sido obtenidos por un partido que rechaza la violencia. Bildu no es ETA, porque ETA solo es la pistola. Dicho esto, la suma nacionalista del Pais Vasco, aunque alta y gruesa, no supera siquiera la de 1987. El año del gran éxito de Hipercor.


Aquí algo más.

Periódicos, democracia, protestas y demagogia

Arcadi Espada da en la diana.

Cómo empezó la náusea:

"Éste muy tempranamente, desde la célebre noche de los mensajes cortos. En realidad todos los problemas arrancan de aquellos días de 2004 en que los españoles llamaron asesino a su gobierno en vez de llamárselo a Al Qaeda".

Cómo se han comportado los medios:

"El Solecismo ha sido una creación de los medios, y el periódico, en especial en su web noticiosa, ha dado a la acampada un eco insólito, donde no ha sobrado el rigor. La explicación de una actitud semejante es diversa; pero sobresale la presunta confluencia del movimiento con las nuevas tecnologías, la modernidad y la juventud, que son tres imbatibles complejos para los acomplejados. Y para el complejo principal, que es el de envejecer. Por si fuera poco está el negocio. Los medios viven bajo la amenaza de que las redes sociales, por así llamarlas, les quiten el pan de cada día.".

 Y cómo continúa la náusea:

"Pero a partir del lunes todo cambió: una campaña electoral baja y absurda, la tentación imitativa (Tahrir de El Cairo, Perla de Manama, Reloj de Damasco: sólo soy capaz de escribir estas analogías tapándome la boca para no vomitar, hoy por ejemplo, después de que hayan matado a cuarenta y cuatro personas en Siria) y el vicioso fulgor de la novedad llevaron el Solecismo a la portada de los dos principales digitales españoles".



Para Santiago González y José Miguel Larraya
El enérgico editorial del periódico. Enérgico y tardío. El desacatamiento es uno de los principales problemas españoles. Han flirteado con él, entre muchos miles, José Montilla, Esperanza Aguirre y Alfredo Pérez Rubalcaba. Éste muy tempranamente, desde la célebre noche de los mensajes cortos. En realidad todos los problemas arrancan de aquellos días de 2004 en que los españoles llamaron asesino a su gobierno en vez de llamárselo a Al Qaeda. La degeneración moral es un largo proceso de crecimiento de la hierba donde resulta difícil identificar los hitos. Pero aquellos días, ahora ya puede decirse, fueron históricos. El Solecismo no es nada más que la perseverancia en el desacatamiento, que como ayer vuelve a contar con la colaboración inestimable del hoy ministro Rubalcaba. Sin la noche de los mensajes cortos, el Solecismo no habría existido.

Algo de todo esto dice el editorial enérgico. Pero olvida señalar su propia responsabilidad en este asunto. El Solecismo ha sido una creación de los medios, y el periódico, en especial en su web noticiosa, ha dado a la acampada un eco insólito, donde no ha sobrado el rigor. La explicación de una actitud semejante es diversa; pero sobresale la presunta confluencia del movimiento con las nuevas tecnologías, la modernidad y la juventud, que son tres imbatibles complejos para los acomplejados. Y para el complejo principal, que es el de envejecer. Por si fuera poco está el negocio. Los medios viven bajo la amenaza de que las redes sociales, por así llamarlas, les quiten el pan de cada día. Aún no han percibido que, sin medios, de las redes sociales sólo quedan los agujeros. El pasado fin de semana las convocatorias de los indignantes, con toda su enfática patulea de tuentis, no habían reunido más de cinco mil personas, bien contadas, en diversas ciudades españolas. Pero a partir del lunes todo cambió: una campaña electoral baja y absurda, la tentación imitativa (Tahrir de El Cairo, Perla de Manama, Reloj de Damasco: sólo soy capaz de escribir estas analogías tapándome la boca para no vomitar, hoy por ejemplo, después de que hayan matado a cuarenta y cuatro personas en Siria) y el vicioso fulgor de la novedad llevaron el Solecismo a la portada de los dos principales digitales españoles. Y ya no ha salido de allí, relegando la anodina información partidista a los escalones inferiores. Es sangrante que el año en que la Junta Electoral ha impuesto cuotas grotescas de tratamiento informativo, los periódicos hayan dedicado su máxima cobertura a un movimiento minoritario, excéntrico y fiestero. Sangrante, pero periodístico: el oficio siempre se mueve en el ácido filo de lo interesante y lo importante.
Por supuesto que los tuentis tratarán de convencernos en los próximos días, meses y años, a través de su cerebro 140, de que el Solecismo ha sido obra suya y de la modernidad aliadas. Quia! Nada fue más viejo y rancio. Empezando por el tag de la protesta, la exclamación inflamada, prostática de un noventón, autor de ese ¡Indignaos! que exhibe perfectamente el sumidero por el que se ha deslizado la gloriosa tradición panfletaria francesa.

Los medios han construido el Solecismo y en las últimas horas tratan de llevarlo a su molino. El editorial y la portada del periódico responden a ese giro, como es natural, aunque ya he dicho que tardíamente. Pero como suele ser corriente es en la prensa socialdemócrata donde las alegrías simbólicas rayan a gran altura. No sólo porque desplacen icónicamente el eje de gravedad de la protesta de Madrid a Valencia, sino, sobre todo, por la adecuadísima utilización del blanco y negro en el póster de portada. La foto adquiere mediante ese tratamiento un encaje perfecto en la galería de la memoria que va desde Iwo Jima al Angelito Rubio. Se trata, ciertamente, de una foto de la transición, ¡la foto que cierra la Transición!, que casa para siempre y por la santa iglesia socialdemócrata, con el aire pútrido a ochentas que invade el Solecismo y el tojunto de la vida española.



En fin. Yo sólo quería gritar que vivan y larga vida a los periódicos.

¡Bien por Nueva York! por Soledad Gallego

Magnífico artículo de Soledad Gallego.



¡Bien por Nueva York! por Soledad Gallego.

Primero. Muchas mujeres nos alegramos, mucho, de que la justicia de Nueva York haya escuchado con respeto la denuncia por intento de violación y abuso sexual presentada por una camarera, inmigrante de origen guineano, contra un poderoso funcionario internacional. Nos alegramos de que haya detenido al sospechoso, de que haya abierto una rápida investigación para determinar la solidez de las pruebas en su contra y de que, a la vista de esa investigación, le haya procesado. Se demuestre finalmente su culpabilidad o no, el comportamiento de la policía y de la justicia de Nueva York ha sido, en ese punto, y al margen de cualquier otra circunstancia seguramente censurable, admirable y correcto. Y debe reconocerse así.
Segundo. Muchas mujeres estamos indignadas con la reacción de un grupo de comentaristas, especialmente franceses, que en su defensa de Dominique Strauss-Kahn, han recurrido, sin rubor, al más antiguo y deleznable recurso machista: trasladar la sospecha a la víctima, de manera que pase de ser una mujer posiblemente agredida a una probable prostituta ávida de dinero. DSK se merece la presunción de inocencia. Su posible víctima, no.
Muchas mujeres estamos hartas de ese tipo de comportamiento, analizado en miles de estudios, porque amedrenta a las víctimas y tiene un efecto perverso sobre las denuncias. Ha costado años de trabajo que las mujeres se atrevan a denunciar los abusos sexuales como para que ese grupo de comentaristas no sea consciente de lo ruin de su actitud. Volcar la sospecha sobre la posible víctima es mucho más repugnante que el reprochable hábito de la justicia de Nueva York de exponer ante las cámaras de medio mundo a un sospechoso, sobre todo si es famoso, pese a que debería estar protegido por la presunción de inocencia.
Nos indigna que Bernard-Henri Lévy asegure que en la mayoría de los hoteles de Nueva York las camareras no entran solas en las habitaciones de los huéspedes, lo que cualquier persona que haya viajado a esa ciudad y se haya alojado en ese tipo de hoteles sabe que es absolutamente falso. Nos asombra que Jean Marie Colombani deslice en un artículo la idea de que la acusación puede deberse a diferentes sensibilidades a la hora de encarar una conducta sexual. A Strauss-Kahn no se le ha acusado en Nueva York, en ningún momento, de ser ofensivamente insistente en su propuesta de mantener relaciones sexuales, ni tan siquiera de forzar a una empleada en una posición de clara inferioridad a recibir un beso. Se le acusó de intento de violación y de abusos sexuales, algo que no es cuestión de percepciones culturales, sino un atentado contra los derechos humanos.
Nos desconcierta que una conocida comentarista de Le Point, Anna Cabana, haya descrito en estos términos la comparecencia de DSK ante la justicia norteamericana: “Estaba transfigurado por una cólera sombría y orgullosa. (…) Si me atrevo a escribir esta paradoja, les diría que este hombre, desembarazado de su dandismo por la gravedad de las circunstancias, no ha estado nunca tan hermoso”.
Nos asombra que los medios de comunicación, franceses e internacionales, hayan permanecido tan pasivos ante los repetidos comentarios sobre la “adicción al sexo” del director del FMI. La vida sexual de los políticos es asunto privado, siempre que no cometan delitos ni pregonen públicamente lo contrario de lo que practican. Pero la hipersexualidad, un término médico, define a una persona que busca saciar el deseo sexual de una manera compulsiva y obsesiva, una alteración seria que influye en el comportamiento de quien lo sufre. Si hubieran existido repetidos comentarios sobre cualquier otra alteración de comportamiento en DSK (consumiera cocaína o fuera simplemente cleptómano), es muy probable que esos medios se lo hubieran tomado mucho más en serio. Pero parece que incidentes relacionados con la eventual adicción sexual de Dominique Strauss-Kahn solo provocaron sonrisas entre sus colegas a este lado del océano.

Matrix

Película visualmente maravillosa, con un planteamiento inicial muy original.

Bebe de Nivel 13 (The Thirteenth Floor), otra gran película, mejor construida pero con menos espectacularidad. Origen (Inception)

Para disfrutarla sin prestar mucha atención a los diálogos y perdonando incoherencias en el desarrollo del argumento.

Los efectos especiales de Matrix han sido copiados en multitud de películas.

Aquí la pelea entre Neo y Morfeo.

Fuego en el cuerpo (Body heat) vs Perdición (Double indemnity)

Dos muy buenas películas.

Perdición (Double indemnity) está dirigida por Billy Wilder, es una película clásica de cine negro, del año 1944.


Me gusta mucho la película, pero tiene el defecto de todas las películas clásicas en cuanto a las relaciones entre hombres y mujeres. Son irreales, les falta pasión. El sexo está tocado tan tangencialmente que las situaciones rozan lo ridículo. Eso se intenta compensar con unos diálogos brillantes, pero no se consigue plenamente.
Fuego en el cuerpo (Body heat) está dirigida por Lawrence Kasdan, es una película de cine negro, que se basa en Perdición de Wilder, del año 1981.



Esta película también es de mi gusto. Y por supuesto, no tiene el mismo defecto que Perdición. Aquí las pasiones están desatadas y no hay freno para las mismas.

Si no las han visto, puede que lo siguiente que voy a contar les estropee el visionado, voy a destripar parte del argumento de las películas.

La trama principal de las dos películas es la misma, una mujer que trata de conseguir el dinero de su marido, para lo cual se vale de un hombre que tiene que asesinar al marido.

En Perdición, la mujer ve la oportunidad y la aprovecha, mientras que en Fuego en el cuerpo, la mujer busca al hombre que sabe que puede ayudarla. En Perdición la mujer acaba enamorada del hombre, en Fuego en el cuerpo lo engaña.

Ambas tienen un buen guión y está bien hilada la historia.

La principal diferencia es la elección de las actrices. Fuego en el cuerpo cuenta con Kathleen Turner que hace más convincente la película. En Perdición, Barbara Stanwyck no da el perfil, le falta belleza y sexualidad.

Otro punto a destacar de Fuego en el cuerpo, es lo bien que está reflejado lo sofocante de las altas temperaturas y humedad del ambiente. Eso es perfecto.

De Perdición, me gusta más como se va aclarando el crimen, por medio del personaje interpretado magistralmente por Edward G. Robinson.

En definitiva dos muy buenas películas que nos ayudan a comprender la evolución del cine.

Si tuviera que decidirme por una, me quedaría con Fuego en el Cuerpo. Kathleen Turner decanta la balanza.

The morality of profit by Tom Palmer

Vía Cafe Hayek.

Prueba tu percepción: ¿ves algún cambio?

Qué sencillo es engañar a la mente. Prueben y disfruten.




Una de las cosas que más nos divirtieron a Irreductible y a mí durante el congreso Neuromagic fue la cantidad de veces que los magos y neurocientíficos nos dejaron con la boca abierta con alguno de sus trucos o ilusiones visuales. Uno de los mejores momentos que recuerdo fue la charla de Peter Tse, uno de los mayores especialistas del mundo en ilusiones visuales, que nos puso algunos ejemplos de cómo funciona nuestra percepción. Por eso mismo, porque nos encantó, queremos compartir con vosotros esa sensación y proponeros un juego.
Para participar, basta con observar atentamente las siguientes dos animaciones. Aunque te parezca una imagen estática, hay algo que cambia. Observa durante un rato antes de seguir adelante y que te demos la solución:
Prueba número 1. Bistro (por Renaud Chabrier):


¿Qué tal? ¿Has observado algo? El día que Tse nos la puso estaban presentes una decena de los mejores magos y neurocientíficos del mundo, incluido el gran Randi, y ninguno vio nada. Aquí va la solución (más abajo):

Mira a la persona del dibujo. Justo a su izquierda hay un marco de madera. Lentamente, el marco desaparece de la escena pero el cambio es tan gradual que no lo percibimos.
Muy bien. Ahora pasemos al siguiente. El procedimiento es el mismo, intenta descubrir el cambio.
Prueba número 2. Merry-go-round (por Renaud Chabrier):


¿Qué tal? ¿Has descubierto algo…? La solución, un poco más abajo:

El cambio está en el color del suelo. Observa la parte inferior y verás cómo lo que al principio era rojo se va volviendo azul. ¿Habéis descubierto el truco sin mirar las soluciones? Nos encantaría que nos contárais cómo os ha ido, en los comentarios.
Las animaciones originales están en este enlace, aunque requiere adobe shockwave para verlo. La idea está inspirada por Peter Tse. Ver también: Los “trucos” del cerebro (lainformacion.com)

¿Frente común con la izquierda? por Juan Ramón Rallo

Interesante reflexión de Rallo. Hay mucha gente que no se fía de la gestión que hacen los políticos, pero no pide menos intervención del Estado, sino que pide más. Para mí es un contrasentido.

Más libertad individual y menos Estado.


¿Frente común con la izquierda? por Juan Ramón Rallo.

¿Somos mercancías de políticos y banqueros? En gran medida sí: no puede ser de otro modo cuando los políticos manejan el 50% de nuestra riqueza –y regulan la otra mitad– y cuando los bancos gozan de privilegios concedidos por los Estados para no quebrar o para manipular a su arbitrio el volumen de crédito. Ahora bien, pese a todo, seguimos disfrutando de un amplio nivel de autonomía personal.
¿Es la crisis responsabilidad de políticos y banqueros? En gran medida sí: las entidades financieras, empujadas por los bancos centrales, expandieron de manera insostenible el crédito, distorsionando la economía hacia el ladrillo. Finiquitado el crédito artificial, nuestras estructuras productivas tenían que recomponerse, pero los Estados frenaron ese proceso: rescates bancarios indiscriminados, gasto público a tutiplén, subidas de impuestos y conservación de las rigideces de los mercados. Ahora bien, pese a todo, muchos ciudadanos también son en parte responsables: unos, por sumarse entusiastas a la orgía crediticia y a la burbuja inmobiliaria; otros, por encumbrar a esos nefastos políticos.
¿Hay motivos para estar indignados y protestar? Sí, todos los anteriores, pero ni uno más.
¿Está Democracia Real YA protestando por los motivos correctos? No, porque parte de dos premisas erróneas: una, que nuestro hipertrofiado Estado sólo es un problema porque no lo manejan asambleariamente ellos; dos, que los banqueros han causado la crisis porque los políticos les han dejado excesivos espacios de libertad.
¿Son las propuestas de Democracia Real YA acertadas? No, porque son el corolario lógico de sus dos erróneas premisas anteriores: quieren más, no menos política; quieren menos, no más mercado. Eso sí, quieren una política y un mercado pastoreados por "el pueblo", como si el pueblo no pudiera ser dictatorial o como si no hubiese hábiles políticos populistas capaces de pastorear al pueblo. Es decir, quieren menos libertades individuales y más "derechos" para gestionar desde arriba el dinero ajeno: más servidumbre.
¿Pueden los liberales reconducir a Democracia Real YA hacia posiciones más sensatas? Es dudoso. Para que haya un acuerdo entre liberales, presuntos apolíticos e izquierdistas es necesario un programa muy de mínimos que no le chirríe a nadie, de modo que Democracia Real YA tendría que retirar casi todas sus propuestas actuales. Es decir, o tendríamos un programa repleto de inconcretas naderías o la izquierda debería tolerar que los liberales la censuraran ideológicamente. Algunos liberales bienintencionados lo están intentando, pero es muy dudoso que la izquierda esté dispuesta a renunciar a su programa de máximos... salvo como coartada para engordar el movimiento y más tarde instrumentalizarlo para sus liberticidas propósitos.
Aun existiendo acuerdo de mínimos, ¿serviría de algo? Probablemente no. Las revoluciones populares sólo socavan regímenes cuando la gente corta o amenaza con cortar cabezas. No veo a Democracia Real YA en esa tesitura, de modo que, como mucho, podrán aspirar a influir sobre los partidos y sobre sus programas electorales. Es decir, justo aquello de lo que reniegan: convertirse en un caladero de votos dentro del corrupto y partitocrático sistema actual (del que ya podemos imaginar quiénes se beneficiarían).
¿Qué puede esperarse de un movimiento que parte de premisas falsas, lanza propuestas erróneas, está copado por la izquierda y sólo aspira a mostrar su indignación para influir en la política? Personalmente, no mucho; aunque bien podría equivocarme. El escenario más probable es que siga siendo lo que es: una festiva fuente de consignas anticapitalistas que no induzca a cambio alguno salvo a peor. Si evolucionara hacia otra cosa más heterogénea de verdad, el movimiento se quedaría en una cacerolada antipolítica sin alternativa consensuada al sistema actual; en un "que se vayan todos y que venga ya veremos quién". El pasto ideal de populistas que saben muy bien cómo comprar a unas masas deseosas de ser compradas con más gasto público y con más impuestos a los ricos... aun cuando nos vayamos a la ruina.
¿Qué deberíamos hacer los liberales? Lo primero –por frustrante que sea– no confiar en revoluciones que no sepamos que podemos ganar, o aún peor, en revoluciones que sepamos que vamos a perder. Que exista una oportunidad de cambiar las cosas no significa que exista una oportunidad de cambiarlas a mejor. Antes de lograr que los políticos dejen de intervenir en nuestras vidas, necesitamos de una enorme masa crítica que hoy no existe; más bien existe una enorme masa crítica de sentido inverso. Esto no es, ni puede ser por ahora, el Tea Party; en todo caso se convertirá en Argentina. Lo segundo –por cansino que sea– continuar haciendo pedagogía de máximos aun cuando sólo obtengamos pequeños cambios en la buena dirección. Pragmatismo frente a romanticismo y evolución frente a revolución. Si ya hay motivos para ser cautelosos ante románticas revoluciones liberales que pretendan hacer tabla rasa, no digamos ya ante amagos de revolución organizados desde la izquierda.

Arcadi espada sobre ¡Indignaos! de Hessel.

Una vez más coincido punto por punto con el maestro Espada.


El mayor best seller de Francia de los últimos tiempos es un panfleto que no llega a las treinta páginas, escrito por un viejito adorable que se llama Stéphane Hessel, viejito por sus 93 y adorable por una biografía de inteligencia, combate, heroísmo y puntos de vista inmaculados, que incluye una familia burguesa y bohemia (o sea lo mejor de lo mejor: son dos términos que en realidad nacieron para ir adosados: no creo que haya oxímoron más fértil y feliz), l’École Normale, la Resistencia, Buchenwald, la redacción de la Declaración de los Derechos Humanos y una defensa de la causa palestina que incluye entre los habituales argumentos la autoridad de ser hijo de padre judío. Te lo llamo panfleto acogiéndome al volumen de la obra, es decir, vinculándolo más bien con el pamphlet anglosajón, que no distingue entre nuestros folletos y nuestros panfletos. Pero folleto, sin duda, habría de llamarse para vincularlo antes a Ikea que a Zola. La edición española acaba de salir, con una urgencia literaria digna de mejor causa y con el acierto mayúsculo de ir prologada, amartillada, por una suerte de clon ibérico de Hessel, nuestro buen Sampedro, viejo también y sentimental aussi, y autor de un prólogo tan inane, punto arriba punto abajo, como el del texto subsiguiente. Yo sé que tú no lo harías, pero espero que, dado que estas cartas las lee legión, nadie salga a reprocharme impiedad con los viejos. Como una vez me dijo Carmen Martín Gaite, cuando acudí a llevarle un cuento de mis dieciséis, y lo calificó de malo, malísimo, yo califico sin tener en cuenta la edad, porque lo contrario sería humillante.
Acabo de escribirte que lo de Hessel es un folleto, pero es mucho más preciso calificarlo de hoax. Mira qué bien retrata la Wiki al librito: «Los hoax no son virus ni tienen capacidad de reproducirse por si solos. Son mensajes de contenido falso que incitan al usuario a hacer copias y enviarla a sus contactos. Suelen apelar a los sentimientos morales (“Ayuda a un niño enfermo de cáncer”) o al espíritu de solidaridad (“Aviso de un nuevo virus peligrosísimo”) y, en cualquier caso, tratan de aprovecharse de la falta de experiencia de los internautas novatos.» Ahora te demostraré, enumeradamente, por qué:
1. «Nunca había sido tan importante la distancia entre los pobres y los más ricos». Nunca.
2. «Cuando intento comprender qué causó el fascismo (…) me digo que los propietarios, con su egoísmo, tuvieron un miedo terrible a una revolución bolchevique. Se dejaron guiar por sus temores» Fundados.
3. «Pero mi optimismo natural, que quiere que todo aquello que es deseable sea posible…» ¿Optimismo? No: sólo una sofisticada y alegre fuente de la violencia y el totalitarismo.
4. «Benjamin, quien se suicidó en septiembre de 1940 para huir del nazismo.» Para huir.
5. «Evidentemente, pienso que el terrorismo es inaceptable, pero hay que admitir que cuando un pueblo está ocupado con medios militares infinitamente superiores, la reacción popular no puede ser únicamente no violenta.» Pero. La cursiva no es mía.
6. «El pensamiento productivista, auspiciado por Occidente, ha arrastrado al mundo a una crisis de la que hay que salir a través de una ruptura radical con la fuga hacia delante del «siempre más», en el dominio financiero pero también en el de las ciencias y las técnicas». Pero también en el de las ciencias y las técnicas siempre atrás y menos.
7. «Apelamos a una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos.» Y son de masas.
8. «Es cierto, las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo, demasiado complejo» Eso sí.
Vale.
Coincidiendo con mi lectura de ¡Indignaos!, recibí un correo de Anonymous. ¡Y espero que nadie diga que no son los auténticos! Habían leído a Hessel. El correo decía: «Nosotros nos rebelamos el pasado 20 de diciembre por la conocida como Ley Sinde. Sólo es un motivo; existen tantos para indignarse que cada cual debe pensar cuál es el suyo para rebelarse. Puede ser la crisis alimentaria, que está arrastrando a cientos de millones de personas al hambre; o la financiera, por la que una minoría de la población ha estafado a la mayoría que vivirá el resto de su vida hipotecada; o por los obsoletos derechos de propiedad intelectual que impiden el tratamiento de enfermedades o la libre transmisión de la cultura, las ideas y el entretenimiento.» Observa, sobre todo, que la propiedad intelectual mata. Es la macedonia de nuestra época. Wikileaks, Sinde, Mubarak, El Clima, Wall Street. Indígnate. Entre Hessel y el joven de Anoymous no hay mayor diferencia. Pocas veces Piaget quedó tan bien probado. Ciertamente el niño es el padre del hombre.
Las razones por las que este libro vende millones de ejemplares son las mismas por las que triunfa una Belén Esteban. En el prólogo al libro que no escribió sobre la princesa, Christian Salmon escribe: «Belén Esteban es quizás un síntoma del descrédito de la palabra pública de las élites, políticas, religiosas o intelectuales.» Hessel es quizás, dice. Luego está el asunto de la izquierda y la derecha. Sus respectivos panfletos. El de Thilo Sarrazin, el alto funcionario del Bundesbank, y su Alemania a la deriva. ¡Moros fuera! Puede que ese tipo de panfletos derechistas sean despreciables. Pero el de Hessel es ridículo. Puede que la diferencia esté en su diverso approachment a los datos de lo real. Puede que por eso esté ganando la derecha.
Basta, para entender, que te fijes en el propio título del librillo de fumar de Hessel: ¡Indignaos! Es muy significativo ese imperativo. Si el mundo que describe Hessel tuviera algún contacto vigoroso con la realidad, el imperativo sobraría. La indignación se daría por supuesta y su autor llamaría a la acción. Del uníos, proletarios, al indignaos, muchachos, hay un evidente paso atrás panfletario. Que es un paso adelante en la historia, desde luego. Lo más patético del texto de Hessel es que tenga que conquistar, antes de nada, la indignación. Que este libro cree en sí mismo ¡las condiciones objetivas de la indignación! Aunque, en fin. Puede que sólo se trate del primer volumen de esta Insurrection au bon marché.
Sigue con salud
A.

La democracia por Arcadi Espada

Una de las pruebas del algodón de la democracia es la ausencia de adjetivos. En realidad, y pensándolo mejor, una prueba del algodón de la verdad.

Un gran memorialista francés escribió que donde leía «cielo azul» veía sufrir al cielo. Lo mismo le pasa a este periodista que les habla cuando oye eso de periodismo ciudadano: ve sufrir al periodismo.

Y lo mismo debe pasarle a cualquier ciudadano cuando lee «democracia real», que es como los jovenzuelos de corazón o de cerebro llaman ahora a la antigua democracia popular de los comunistas, oponiendo la democracia real a lo que despectivamente califican de democracia formal, igual que hacían, que hacíamos, los imberbes comunistas de entonces por sugerencia de los célebres barbudos de nuestros pósters.

Hace algunas décadas, y después de muchos sufrimientos, millones de ciudadanos del este y algunos del oeste consiguieron desembarazarse de sus tiranías. Su objetivo era nítido: una democracia sin adjetivos.

Capote a sangre fría por Arcadi Espada.

 En su informado artículo sobre Gay Talese, el director de Orbyt, Juan Carlos Laviana, escribe:  «Gay Talese es probablemente el único de los grandes periodistas de la época que siempre se ha resistido a la ficción. Sigue defendiendo la vigencia como reportaje de la novela La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe (…) Y también al Norman Mailer de Los ejércitos de la noche o al propio Truman Capote de A sangre fría (nunca entenderé el odio de nuestro Arcadi Espada por este título)».
Bien está. No tengo más remedio que pasarle un poco de material.
***
Capote a sangre fría por Arcadi Espada.
"Sentado en el borde de la cama, un pie descalzo y el otro aún con calcetín, Baltasar mira a Yayo. Nota que ella recela". Baltasar es el juez Garzón y Yayo, el nombre íntimo que le da a su mujer. Ella recela de que Felipe González quiera conocer a su marido.
La frase está en El hombre que veía amanecer, la biografía del juez que ha escrito la periodista Pilar Urbano, y evoca una noche, a principios del año 1993. Parece extraño que la autora compartiera la habitación con el matrimonio, pero hay que rendirse ante el órdago de precisión de su escritura: ha sido entre un calcetín y otro cuando Baltasar ha notado el recelo de Yayo.
¿Por qué tanta y tan sudada omnisciencia? La novelización de los hechos empieza en Capote y acaba en este calcetín. A algo tan disparatado como la aplicación de las técnicas de la verosimilitud (novela) a la narración de lo veraz (periodismo) no podía esperarle otro final.
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La mejor lección de A sangre fría es el doble viaje de su autor al mal: al crimen y a la horca: no hay razón de que Dick y Perry mataran ni razón para matarlos: ésa es la desnuda e implacable visión de Capote, tan lejana del relativismo bobo. La incapacidad de tratar con el mal, y con algunos de sus rasgos de carácter, el chantaje, la mentira o la corriente suciedad de la vida se disimula con la habitual frescura deontológica.
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En el momento de su publicación en España (1966), A sangre fría fue recibida como una novela basada en hechos reales. (En América se había publicado por entregas en The New Yorker). Una novela. Con el tiempo y la influencia del nuevo periodismo, su lugar se ha ido desplazando: hoy forma parte, también aquí, del canon periodístico. Más precisamente: se ha convertido en periodismo novelado. La diferencia entre una novela basada en hechos reales y el periodismo novelado está en la presencia confesada de una trama y unos personajes de ficción. Lo mismo sucede entre la novela histórica y la historia novelada: entre Tolstoi y don Manuel Fernández Álvarez, el alegre biógrafo del Renacimiento español. La cuestión clave es que las acciones de un personaje real (Napoleón) no son percibidas automáticamente como veraces tras incorporarse a un territorio de ficción (La Guerra y la Paz): nadie cree que Napoleón hablara exactamente como se lee en los diálogos de Tolstoi.
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Janet Malcom [en El periodista y el asesino] bucea en el análisis de la traición. Su interés prioritario es dilucidar si un periodista puede utilizar la traición para alcanzar la verdad. Reconozco que es un asunto vistoso, pero ahora no logra interesarme. Sí me interesa lo que MacGuinis hizo con MacDonald. Se metió en su piel, como Capote en las de Dick Hickcock y Perry Smith, los asesinos de A sangre fría. Para poder ir allá dentro le aseguró al asesino que tenía una gran opinión de él. No sé lo que le dijo Capote a Dick y Perry: a diferencia de MacDonald, los asesinos de la familia Clutter no pudieron leer el libro que los convertía en protagonistas. Cualquier juicio moral que merezca la actitud de MacGuinis ha de subordinarse a su opción estilística: la única manera de meterse en los fondos de alguien es ganándose su confianza. No sólo pasa con la escritura.
Capote y MacGuinis actuaron con sus protagonistas como cualquier novelista con sus personajes.
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Y son libros muy importantes en la historia del periodismo porque sacan al género del atolladero de la ficción. Me explicaré, aunque no sé si hará falta contigo. El atolladero es donde les metió Capote con su novelita A sangre fría. Capote&friends pretendían que se podía hacer un reportaje con las técnicas de la novela; es decir describir hechos con las técnicas de la ficción. Naturalmente es empresa imposible, porque herramientas como el narrador omnisciente (para señalar la más elemental) sólo pueden dar cuenta de las mentiras. La gran novedad que trajo Kapuscinki al reportaje fue un modo de narrar propio, alejado de la novelización, donde la belleza estilística nunca provocaba incredulidad. (…) Cuando Philip Tompkins dudó de Capote escribió In cold fact, y dejó de hacerlo y todos con él. El parásito, y lo es cualquier biógrafo, puede acabar con su presa; pero es innoble martirizarla.
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… algo así como una novela donde todas las palabras correspondieran a un hecho: es decir el viejo sueño fracasado de Capote & sons, resuelto por fin con éxito: ni un nexo sobrero, ni una dramatización espuria; sólo el tiempo llevando firme el pulso del relato.
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En los años a los que aluden Bricmont y Sokal, el periodismo participó de la ola posmoderna de un modo particularmente famoso con el desarrollo y fama del New Journalism, cuyo primer brote fue la publicación en septiembre de 1965, en el New Yorker, de A sangre fría, la novelita sentimental de Truman Capote. A partir de entonces quedó establecido que el periodismo se ocupaba de lo verosímil, y que, por lo tanto, la ficción entraba a formar parte de su paradigma. Obviamente no se trataba de una novedad estricta. Desde sus orígenes el periodismo jugueteó con la ficción, dado el carácter insoportablemente incompleto de lo real. Pero los pioneros lo llevaban con recogimiento y penitencia; desde Capote empezaron a exhibir su inmoralidad con pedante niebla epistemológica*.
Lo que luego ha venido, y lo que está viniendo, sólo es una ampliación a escala.
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Después de mucho tiempo leo In cold fact, el artículo que Philip K. Tompkins escribió sobre las mentiras de A Sangre fría, y que publicó Esquire en 1966. El título es soberbio (aunque Verónica Puertollano que lo ha traducido en mi blog, tampoco se ha quedado manca: Los hechos a sangre fría) y el texto está escrito con una gran elegancia. Valga este ejemplo, casi doloroso: «Al describir a Perry [uno de los dos asesinos], Capote escribió: “Su propio rostro le fascinaba. Cada ángulo le producía una impresión diferente. Era un rostro cambiante.” Capote se describió a sí mismo en Newsweek: “Si se mirara mi rostro desde ambos lados se vería que son completamente diferentes. Es una especie de rostro cambiante.» Se trata de un texto que llega tarde a mi vida y que me habría procurado felices y descansados atajos. A pesar de su valor indiscutible, y contando con su ironía agazapada, aún es demasiado bondadoso con el autor y su presunto gran arte. Porque lo peor de A Sangre fría no es que Capote inventara la última escena de un libro que garantizaba la veracidad de cada palabra. Es la putrefacta cursilería de quiosco con que está escrita.
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En una entrevista que concedió a The Paris Review (luego recogida en el volumen colectivo El oficio de escritor), Truman Capote incluía a John Hersey en un grupo de escritores sin estilo a los que calificaba de “mecanógrafos sudorosos que llenan libras de papel con mensajes sin forma, sin ojos y sin oídos”. Cuando la entrevista, a principios de los años cincuenta, Capote no había cumplido aún los treinta años y Hersey ya había escrito Hiroshima, un reportaje donde, desde luego, no podían encontrarse frases como “una tarde del pasado mayo, mes en que los campos arden con el fuego verdeoro del trigo a medio crecer” y otras evidencias de estilo similares con las que Capote empastó una década después A sangre fría, emblema canónico de la aplicación de las técnicas de la novela al periodismo. (…)
Aquello, en su modalidad más banal, a lo que el fino estilista no pudo resistirse en la última escena de A sangre fría cuando imaginó (nunca ocurrió en realidad) el encuentro entre el policía Dewey y Susan Kidwell -amiga de Nancy, la niña asesinada- junto a la tumba de los Clutter, mientras sonaban los violines de Mancini, el flou de Hamilton empañaba la escena, y Capote, mirando a Susan, se atrevía a escribir: “Nancy hubiera podido ser una jovencita igual”.
Nada de esa irrisoria impostura emerge de los papeles del mecanógrafo.
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En el periodismo de neones, el new journalism de Capote, Wolfe o de Thompson, la primera persona solía utilizarse para los caprichos y las mentirijillas. En ambos casos la primera persona era una evasión. Otro decorativismo. Por el contrario, nunca entonces, leyendo a Kapuscinski, me asaltó la temible pregunta desactivadora, ¿y esto cómo lo sabe?, de toda narración veraz: en buena parte fue por el uso inteligente y cabal del yo.
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After… le recito este párrafo de David Donby en el New Yorker: “Finally, the filmmakers’ suggestion that Capote never recovered from the death of Perry Smith, or from the success of “In Cold Blood,” strikes me as doubly sentimental. Capote was ultimately done in by alcohol. Yet, however one interprets it, the finale is acrid: the chronicler of death triumphs, and then has nowhere to go but to his own inglorious end.”
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Viendo Capote. De pronto caigo en la gran novedad. Desde luego no fue la imposición de la retórica de la verosimilitud en un modelo veraz; ni el desleímiento de las fronteras… puaf esa mandanga. Fue el espectáculo de un personaje abrumador actuando en un remoto agujero de polvo en medio de nada. Holcomb y los Clutter. Desde luego no fue Capote el primer escritor/personaje moderno. Hemingway lo superaba. Pero éste cazaba leones y guerras civiles. El éxito de Capote estuvo siempre en su comportamiento abusador.
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Ahora que se cumplen veinte años de la muerte de Capote y cuarenta de A Sangre Fría se ven obligados a repetir las habituales sandeces. El maldito. Un hombre terrible. Lo peor de A Sangre Fría no es que Capote escribiera su autobiografía indecente sobre la espalda de uno de los asesinos. O que equiparara moralmente el asesinato de la familia Clutter con la ejecución de los culpables. En absoluto. Para todo eso bastaba con meter a Capote en la cárcel. Y ya lo metió Tompkins escribiendo In Cold Fact (Esquire 1966). Estas palabras de Tompkins: “Capote has, in short, achieved a work of art. He has told exceedingly well a tale of high terror in his own way. But, despite the brilliance of his self-publicizing efforts, he has made both a tactical and a moral error that will hurt him in the short run. By insisting that “every word” of his book is true he has made himself vulnerable to those readers who are prepared to examine seriously such a sweeping claim.” Lo peor está en el texto. Que inventara la escena final del encuentro en el cementerio entre el sargento Dewey y Susan Kidwell… quiá. Peor es que fuera capaz, el terrible Capote, envenenada orquídea, de escribir lo que sigue. Bien es verdad que mejorada la hazaña por la traducción de Rodríguez:
“—Yo me he alegrado también, Sue. ¡Buena suerte! —le gritó mientras ella desaparecía sendero abajo, una graciosa jovencita apurada, con el pelo suelto flotando, brillante.
Nancy hubiera podido ser una jovencita igual.
Se fue hacia los árboles, de vuelta a casa, dejando tras de sí el ancho cielo, el susurro de las voces del viento en el trigo encorvado.”
Así acaba A Sangre Fría. Así la acabó aquél, “alto como una escopeta e igual de ruidoso”. El abyecto. El pelo suelto, flotando, brillante. Aquel vendedor de prosa sunsilk.
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Debe saber el periódico que, armado con mi tompkins, perseguiré a Capote doquiera que vaya

La escribe Eduardo Mendicutti. Y bien, como es norma. A pesar de ello, y dada mi pasión malsana, no puedo ponerme como si oyera llover. Sería desdén. Dice Mendicutti:
«El Nuevo Periodismo utiliza recursos y técnicas de la narración literaria, antes considerados heterodoxos en el tratamiento de la información en cualquiera de sus variantes. Entre esos recursos está la capacidad del periodista para erigirse en personaje de la pieza que escribe, empapándolo todo con su personalidad y el colorido de su prosa. En el Nuevo Periodismo las piezas se estructuran y desarrollan como si fueran relatos, y pueden interesar tanto por lo que cuenta como por quién lo cuenta y cómo lo hace.Las exigencias de precisión y verificación son, sin embargo, las mismas que en el periodismo convencional.»
Ya. Las mismas que en el periodismo convencional. ¡Quién lo diría! Por eso Capote, como son las mismas, se inventó la última escena en el cementerio. Una entre tantas. Por eso la amañó con prosa sunsilk. Y por eso Tompkins escribió este artículo.