Intel cambiará los cables de cobre por rayos de luz


En unos años ya no será necesario que todos los componentes de un ordenador estén próximos unos a otros, algo hoy condicionado por la arquitectura de cables de cobre y circuitos impresos. No harán falta grandes espacios para centros de datos o granjas de servidores; los componentes se instalarán por separado donde haya huecos libres.

La propia caja del PC no tendrá sentido, ya que las piezas que no sea imprescindible tener a mano desaparecerán de la mesa. Y todo ello, a velocidades de vértigo que hoy ya alcanzan los 50 gigabits el tamaño de una película en alta definición por segundo (Gbps).

Es la predicción de la compañía de microprocesadores Intel, que en la conferencia sobre Investigación Fotónica Integrada celebrada esta semana en Monterrey (EE.UU.) ha presentado el Silicon Photonics Link, un prototipo de chips fotónicos de láser de silicio.

Según explicó el director de tecnología de Intel y jefe de Intel Labs, Justin Rattner, el avance se apoya en años de investigación para lograr emitir, combinar, separar y transformar la luz. El chip emisor genera cuatro rayos de luz y los combina en uno solo que viaja por una fibra óptica a 50 Gbps hasta el receptor, que separa los haces y los descodifica. Parte de esta tecnología láser se emplea en los lectores de DVD y en telecomunicaciones, pero pronto se integrará en servidores y PC, acabando para siempre con las marañas de cables.

Rattner señaló que hacia 2015 esta tecnología se incorporará a los servidores y las conexiones entre equipos. Más tarde llegarán los ordenadores personales, pero dependerá, dijo el responsable, de "qué oportunidades de mercado son atractivas para Intel". Las aplicaciones son infinitas. Rattner comparó el logro con la invención del transistor y recurrió al tópico: "El único límite es la imaginación". El comunicado de Intel ofrece un ejemplo de ello: una pantalla de alta definición en 3D del tamaño de una pared en la que los personajes parecerán reales.

Toros con orgasmo por José Luis Alvite

Alvite y los toros.

Destaco:

De niño despojaba de sus alas a docenas de moscas y las organizaba luego sobre el suelo como una ganadería sin que nada de aquello me impidiese dormir. Estoy seguro de que habría sido incapaz de conciliar el sueño si en vez de las alas a las moscas, le hubiese arrancado las suyas a cincuenta pollos vivos. Es el tamaño del bulto lo que despierta la conciencia...

Y eso son las corridas de toros: una de esas viejas emociones que se disfrutan cuando se sienten y se malogran cuando se explican.



ARTÍCULO:

Todos los argumentos que se utilizan para condenar las corridas de toros son razonables, contundentes, incluso parece que sean irrebatibles. Por supuesto, también lo son los argumentos que aducen quienes defienden la lidia. Todo es relativo. El placer que encuentra el gourmet al sentarse en una mesa bien surtida no es en absoluto mayor que el que siente en la desnudez de su celda el monje enfrentado a la abnegada penitencia de su ayuno. La inteligencia convierte en razonables muchas conductas que la conciencia encuentra en principio inadmisibles. Muchos de quienes abominaron del nazismo al consumarse la derrota del III Reich fueron sus devotos seguidores cuando el Hitler criminal no había sustituido en su admiración al Hitler lúcido, sabio y redentor cuyos crímenes al principio prefirieron ignorar. Fue el descomunal tamaño de sus crímenes lo que le descubrió al mundo la abominable perfidia de aquel régimen exterminador y racista. ¿Prohibiríamos las corridas de toros si las reses fuesen del tamaño de las truchas y su sangre pasase inadvertida? ¿Tiene algo que ver la conciencia con el tamaño de aquello que tendría que repudiar? De niño despojaba de sus alas a docenas de moscas y las organizaba luego sobre el suelo como una ganadería sin que nada de aquello me impidiese dormir. Estoy seguro de que habría sido incapaz de conciliar el sueño si en vez de las alas a las moscas, le hubiese arrancado las suyas a cincuenta pollos vivos. Es el tamaño del bulto lo que despierta la conciencia, igual que en un callejón sin salida lo que inspira temor de un hombre no es su mirada, sino su corpulencia. Pues ése es el problema de los toros: que son corpulentos y dan mucho en la vista, no como las truchas, que agonizan enganchadas por la boca en un anzuelo sin que nadie se compadezca de ese dolor ni proteste por ello. Alguien podría alegar que en nombre de la conciencia pública lo mejor sería pescar las truchas con un procedimiento indoloro, no sé, tal vez instándolas desde la orilla con un megáfono para que salgan del río y se entreguen. Si la vida fuese así, en la próxima carrera del hipódromo la organización tendría que premiar el esfuerzo del caballo y castigar el abuso del jinete. Todo se andará. Los seres humanos somos tan idiotas que el día menos pensado castigaremos algo tan natural como que la tentación de buscar el orgasmo concluya a veces en el placer de conseguirlo. Corren malos tiempos para las emociones. Y eso son las corridas de toros: una de esas viejas emociones que se disfrutan cuando se sienten y se malogran cuando se explican.

Vuelve el Santo Oficio por Fernando Savater‏

Artículo de Fernando Savater sobre los toros, la ética y la moral, los derechos de los animales y la libertad.

Antonio Donaire escribe en una correspondencia con Arcadi Espada sobre la supuesta Declaración Universal de los Derechos del Animal.

Destaco:

La sensibilidad o el gusto estético (esa "estética de la generosidad" de la que hablaba Nietzsche) deben regular nuestra relación compasiva con los animales, pero desde luego no es una cuestión ética ni de derechos humanos (no hay derechos "animales"), pues la moral trata de las relaciones con nuestros semejantes y no con el resto de la naturaleza. Precisamente la ética es el reconocimiento de la excepcionalidad de la libertad racional en el mundo de las necesidades y los instintos.

A mí esta prohibición de los toros en Cataluña me recuerda tantas otras recomendaciones o prohibiciones semejantes del Estatut, cuya característica legal más notable es un intervencionismo realmente maníaco en los aspectos triviales o privados de la vida de los ciudadanos.



ARTÍCULO:

Por supuesto, no es el caso presentar argumentos a favor o en contra de mantener las corridas de toros, como suele decirse: quienes tienen que justificar la insólita medida son los que han decidido prohibirlas parlamentariamente. Hay gente a la que le gustan los toros y otros muchos que no han pisado una plaza en su vida o que sienten repugnancia por la fiesta: es la diversidad de los hijos de Dios. Pero que un Parlamento prohíba una costumbre arraigada, una industria, una forma de vida popular... es algo que necesita una argumentación muy concluyente. La que hemos oído hasta la fecha dista mucho de serlo.

¿Son las corridas una forma de maltrato animal? A los animales domésticos se les maltrata cuando no se les trata de manera acorde con el fin para el que fueron criados. No es maltrato obtener huevos de las gallinas, jamones del cerdo, velocidad del caballo o bravura del toro. Todos esos animales y tantos otros no son fruto de la mera evolución sino del designio humano (precisamente estudiar la cría de animales domésticos inspiró a Darwin El origen de las especies). Lo que en la naturaleza es resultado de tanteos azarosos combinados con circunstancias ambientales, en los animales que viven en simbiosis con el hombre es logro de un proyecto más o menos definido. Tratar bien a un toro de lidia consiste precisamente en lidiarlo. No hace falta insistir en que, comparada con la existencia de muchos animales de nuestras granjas o nuestros laboratorios, la vida de los toros es principesca. Y su muerte luchando en la plaza no desmiente ese privilegio, lo mismo que seguimos considerando en conjunto afortunado a un millonario que tras sesenta o setenta años a cuerpo de rey pasa su último mes padeciendo en la UCI.

¿Son inmorales las corridas de toros? Dejemos de lado esa sandez de que el aficionado disfruta con la crueldad y el sufrimiento que ve en la plaza: si lo que quisiera era ver sufrir, le bastaría con pasearse por el matadero municipal. Puede que haya muchos que no encuentren simbolismo ni arte en las corridas, pero no tienen derecho a establecer que nadie sano de espíritu puede verlos allí. La sensibilidad o el gusto estético (esa "estética de la generosidad" de la que hablaba Nietzsche) deben regular nuestra relación compasiva con los animales, pero desde luego no es una cuestión ética ni de derechos humanos (no hay derechos "animales"), pues la moral trata de las relaciones con nuestros semejantes y no con el resto de la naturaleza. Precisamente la ética es el reconocimiento de la excepcionalidad de la libertad racional en el mundo de las necesidades y los instintos. No creo que cambiar esta tradición occidental, que va de Aristóteles a Kant, por un conductismo zoófilo espiritualizado con pinceladas de budismo al baño María suponga progreso en ningún sentido respetable del término ni mucho menos que constituya una obligación cívica.

¿Es papel de un Parlamento establecer pautas de comportamiento moral para sus ciudadanos, por ejemplo diciéndoles cómo deben vestirse para ser "dignos" y "dignas" o a que espectáculos no deber ir para ser compasivos como es debido? ¿Debe un Parlamento laico, no teocrático, establecer la norma ética general obligatoria o más bien debe institucionalizar un marco legal para que convivan diversas morales y cada cual pueda ir al cielo o al infierno por el camino que prefiera? A mí esta prohibición de los toros en Cataluña me recuerda tantas otras recomendaciones o prohibiciones semejantes del Estatut, cuya característica legal más notable es un intervencionismo realmente maníaco en los aspectos triviales o privados de la vida de los ciudadanos.

En cambio no estoy de acuerdo en que se trate de una toma de postura antiespañola. No señor, todo lo contrario. El Parlamento de Cataluña prohíbe los toros pero de paso reinventa el Santo Oficio, con lo cual se mantiene dentro de la tradición de la España más castiza y ortodoxa.

¿Quién tiene más razón: Israel o Palestina? por Jordi Pérez Colomé

Último comentario de Jordi Pérez Colomé sobre su visita a Israel y Palestina.

La conclusión final es que el tema es muy complicado y que hay demasiados intereses enfrentados, como indica al final del comentario: Y, por último, que cualquier solución imprecisa, cualquier parche, cualquier periodo de calma que calme el ambiente y permita vivir a todos en paz unos años, ya es mucho.

Escribí un comentario:

Muy buenos artículo Jordi.

Por lo que cuentas, y lo ya sabido, no parece que la situación tenga solución. Mucho menos si el tema religioso no se deja a un lado.

Por otra parte parece que desde fuera no se ayuda mucho, aunque creo que las partes ven eso más como algo relacionado con el marketing que con la resolución del conflicto.

Mi opinión es que la resolución del conflicto pasa por una democratización de los países de la zona, incluida una separación clara entre estados y religiones.

Un saludo.


Y Jordi contestó:

Manuel, la verdad es que allí nadie piensa que la solución definitiva sea inmediata. Por eso, cualquier parche es bueno. La opinión internacional importa, pero afecta poco, es cierto (si no es la opinión del presidente de Estados Unidos, claro). La democratización ayudaría mucho. Por ahora, sólo hay un país democrático en la zona. Aunque la religión no dejaría de tener peso y cuenta mucho.  


Destaco:

Una de las cosas que más me ha impresionado es cuantos israelíes defienden a los palestinos. No he encontrado a árabes sin embargo que defiendan abiertamente que los judíos pueden vivir allí en un estado propio. Sí que he dado con alguno que dice que vivan todos en un mismo estado. Sería, claro, una trampa: las elecciones las ganaría un primer ministro árabe porque son más. Además, después de lo que ocurrió a muchos judíos en países árabes, pocos israelíes vivirían en un país de mayoría musulmana.

Los dirigentes árabes de otros países usan ese recurso para unir a sus pueblos. Los palestinos son víctimas de esa manipulación. En parte, el mundo árabe no permite que los palestinos acepten una paz “deshonrosa”. Saben sin embargo que no hay otra salida. Pero alargan la agonía con la financiación de ataques terroristas y una retórica amenazante contra Israel. Los palestinos son los que sufren a diario. Nadie defiende su causa por encima de todo, a pesar de que ellos quieran sobre todo vivir en paz. Son el segundo plato.



COMENTARIO:

He vuelto ya de mi viaje por Israel y Palestina. Fui a ver sobre todo cómo estaban los ánimos. Están tranquilos, aunque la paz será difícil. En otro post ya conté las dificultades del proceso de paz. Aquí quiero responder una pregunta imposible: ¿de qué lado está la razón entre palestinos e israelíes?

Esta tierra es mía

Palestina fue la tierra de los judíos desde mil años antes de nuestra era hasta cien años después. Los romanos destruyeron el Templo de Jerusalén y derrotaron a los judíos tras dos revueltas, entre 66-73 y 132-135. Los judíos empezaron entonces su diáspora -su dispersión- por el mundo. A finales del siglo XIX nació un movimiento judío internacional que promovía el retorno a Palestina. Surgió entonces por dos motivos: la persecución de los judíos en Rusia y el caso Dreyfus -un militar judío francés acusado injustamente de traición. Así emergió el sionismo moderno (que defiende la creación de un estado judío en Palestina) y se inició la lenta emigración hacia Palestina.

En aquellos años, Palestina formaba parte del imperio otomano. Nunca fue un país independiente. A lo largo de la historia había sido invadida por persas, árabes, cruzados o mongoles. Ahora era el turno de los turcos. En 1881, en Palestina vivían 457 mil árabes -400 mil eran musulmanes-, cerca de 20 mil judíos y 42 mil cristianos. Desde ese año, el número de judíos crecía, pero nunca se equiparó al de árabes. Los judíos que iban llegando compraban tierras a los árabes. El sionismo tenía esos dos grandes objetivos: la emigración y la compra de tierras. Su intención era comprar el territorio, echar a los árabes y repoblarlo de judíos.

A principios del siglo XX, los árabes empezaron a darse cuenta de la estrategia judía y surgió el nacionalismo árabe. Los judíos les llevaban algunas décadas de ventaja y ya se habían dado cuenta de que la creación de un hogar nacional en Palestina no iba a ser fácil. Si alguno soñaba que la tierra prometida estaría vacía, se había equivocado. Allí vivía gente -árabes- que no aceptaba el cambio. Después de descartar la búsqueda de otro lugar para reunir a los judíos, se asumió que la creación de Israel sería violenta.

Al final de la Primera Guerra Mundial, Palestina pasó a manos del imperio británico. En los años 20, las aspiraciones de los judíos ya eran evidentes y la lucha entre ambas comunidades era continua. Los británicos oscilaban entre ambos bandos: dudaban entre contentar el capital judío y sus aspiraciones legítimas o el petróleo árabe y su sensación de traición. Al final dejaron la decisión a Naciones Unidas, que en 1947 votó por la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. Empezó la guerra abierta entre Israel y sus vecinos árabes: Egipto, Siria, Jordania, Irak y Líbano. Había ese año en Palestina 1,2 millones de palestinos y 600 mil judíos. A pesar de ser minoría, los judíos hacía años que se preparaban para ese momento, están mejor organizados, consiguen más armas. Y ganan, ganan una y otra vez.

Los palestinos explican con dos razones el proceso que les llevó a la pérdida de parte de su tierra. Primero, los europeos mataron a millones de judíos, lo que es una atrocidad, pero los árabes no tienen por qué pagar las consecuencias; si los judíos merecen un estado, que lo monten en Dakota del Norte, por ejemplo. Segundo, como me decían un día en Jericó: “Tú eres español. Imagínate que un día los árabes vamos a Andalucía y decimos que nosotros pasamos varios siglos allí y que ahora será nuestro otra vez”.

Los dos argumentos son de peso. El segundo, sin embargo, no es exacto. Hoy Andalucía forma parte de España y los árabes que vivieron aquí tuvieron un arraigo menor (Córdoba no era La Meca para los musulmanes; Jerusalén sí que lo es para los judíos) y siempre dispusieron de otro lugar en el que vivir según sus creencias. Además, Palestina siempre ha formado parte de imperios. Cuando los judíos empezaron a emigrar allí en masa ocuparon las tierras donde vivía un pueblo, no conquistaron una parte de un país.

En suma, el argumento de la tierra puede decantarse quizá a favor de los palestinos: ellos vivían solos aquí y ahora tienen que compartir la tierra con unos recién llegados. Pero el asunto no acaba ahí: ¿son los judíos en Palestina unos invasores? ¿Sería tan injusto compartir -separados si juntos por ahora no pueden vivir- Palestina entre esos dos pueblos?

Los judíos sólo podrían vivir en un estado; los árabes, en dos

Desde la creación de Israel, ha habido varias guerras y muchos atentados. Israel ha ganado siempre. Por eso estamos hoy donde estamos. Si los árabes hubieran ganado una de esas guerras, hoy los judíos vivirían en su mayoría de nuevo en la diáspora, en el extranjero. Los habrían expulsado. Pero los judíos han ganado e insisten en su derecho de vivir ahí. Por eso, el conflicto sigue pendiente de solución y sólo hay una: dos estados. Los árabes ya viven en Israel y Palestina; los judíos sólo podrían vivir en Israel.

Los árabes se sienten robados y engañados. Ellos también tienen parte de culpa. Las tierras que los judíos compraron en Palestina las vendían árabes. El trabajo judío de lobby en los pasillos internacionales y su unión por la causa han sido definitivos. Los países árabes vecinos de Israel tenían intereses distintos. Los palestinos sufrieron esta desunión y nunca trabajaron por un solo objetivo: hoy aún es así, en Palestina mandan Fatah y Hamás, que tienen intereses distintos y si es necesario los defenderán con las armas. En las grandes guerras entre árabes e israelíes, la implicación árabe era pequeña. Los judíos, en cambio, luchaban por su supervivencia.

Israel, por supuesto, no ha sido benévolo con los árabes y si podía vaciar un pueblo palestino que quedaba dentro de su territorio, lo hacía. También hay judíos que preferirían que todos los árabes desaparecieran de Palestina. Esa no es sin embargo la opinión del estado de Israel. Los israelíes saben que su única opción es convivir con los árabes y lo aceptan. Los árabes tienen aspiraciones más crudas.

Una de las cosas que más me ha impresionado es cuantos israelíes defienden a los palestinos. No he encontrado a árabes sin embargo que defiendan abiertamente que los judíos pueden vivir allí en un estado propio. Sí que he dado con alguno que dice que vivan todos en un mismo estado. Sería, claro, una trampa: las elecciones las ganaría un primer ministro árabe porque son más. Además, después de lo que ocurrió a muchos judíos en países árabes, pocos israelíes vivirían en un país de mayoría musulmana.

En suma, Israel como estado y los israelíes como pueblo están más abiertos a compartir Palestina y a entender la postura de los árabes. Los árabes, en cambio, quizá porque se sienten robados, no quieren admitir la convivencia al mismo nivel. Los judíos eran sólo unos miles en Palestina y ahora tienen un estado más grande que el árabe y son cinco millones y medio. Se lo han ganado en una lucha que en principio era desigual. ¿Tienen derecho ahora a esa tierra, después de todo? Derecho es una palabra muy grande, pero Israel está ahí. ¿Cuál es la alternativa seria?

El argumento palestino es mejor

En Occidente, la causa palestina tiene más seguidores. Aparte de las lógicas simpatías de cada cual, hay dos motivos: uno, los palestinos son los perdedores o las víctimas -según se mire- y tienen mejor prensa, y dos, es más fácil explicar su desgracia: “Los judíos vinieron a nuestra tierra y nos echaron. Cuando defendimos lo que es nuestro, nos ganaron por la fuerza. Desde entonces, vivimos oprimidos”. Los argumentos de Israel son más intrincados (su gobierno, además, es malo en relaciones públicas): “Nos perseguían por el mundo. A finales del siglo XIX dijimos basta y buscamos un hogar nacional. Sólo podía estar en Palestina. Tras muchas luchas y tras el mayor desastre humanitario de la historia, el mundo nos lo concedió. Desde entonces los árabes no nos dejan compartir esta tierra, que con Jerusalén ha sido desde siempre el centro del pueblo judío. Cuando hemos tendido la mano por la paz, los árabes han querido más. Su único objetivo es echarnos de Palestina , al precio que sea. Nuestra unica esperanza es defendernos día tras día, ser los más fuertes de la región”.

El resumen palestino es claramente más eficaz: más breve y claro. Los dirigentes árabes de otros países usan ese recurso para unir a sus pueblos. Los palestinos son víctimas de esa manipulación. En parte, el mundo árabe no permite que los palestinos acepten una paz “deshonrosa”. Saben sin embargo que no hay otra salida. Pero alargan la agonía con la financiación de ataques terroristas y una retórica amenazante contra Israel. Los palestinos son los que sufren a diario. Nadie defiende su causa por encima de todo, a pesar de que ellos quieran sobre todo vivir en paz. Son el segundo plato. Si el primer ministro Salam Fayad consigue levantar un estado palestino, veremos qué pasa. Ya será algo. Quizá la “lucha” continúe, pero hay que probar toda opción. Israel parece dispuesto a hacerlo, aunque seguirá confiando en sus fuerzas, que pueden agotarse un día, más si su unión y compromiso se debilitan. Palestina, por su lado, por ahora ha confiado en Dios, cuya fuerza quizá nunca llegue. Mejor que confíe también en sus fuerzas, como procura hacer ahora, y se olvide de las pretensiones de los amigos árabes.

Es imposible decidir quién tiene más razón sin entrar en juicios de valor. Si uno cree que Israel debe existir, es sencillo. Si lo contrario, también. El problema es el amplio margen intermedio, pero eso debe solucionarse en las negociaciones. Yo creo que hoy la desaparición de Israel sería terrible. También creo que el camino que ha tomado Cisjordania es bueno. Y, por último, que cualquier solución imprecisa, cualquier parche, cualquier periodo de calma que calme el ambiente y permita vivir a todos en paz unos años, ya es mucho.

La caza y los toros por Carlos Rodríguez Braun

Artículo de Carlos Rodríguez Braun sobre prohibiciones, toros, caza y maltrato animal.

No estoy de acuerdo con parte del planteamiento, no prohibiría los toros, pero son una salvajada y precisamente el disfrute con esa salvajada es lo peor. Aunque cada uno es libre de elegir sus vicios y disfrutes.

Destaco:

Y ahí está la clave. Para los virtuosos, matar animales severamente está bien, pero matarlos y divertirse es sadismo y resulta por tanto inaceptable». En España y el resto de Europa también florece «la tiranía de la bondad», como la llama irónicamente Shriver: «No se trata de hacer el bien sino de pretender hacerlo, y de decirles a los moralmente inferiores lo que pueden o no pueden disfrutar.



ARTÍCULO:

USURPO el título orteguiano para denunciar a totalitarios contemporáneos, no porque cultive ninguna peculiar afición cinegética y taurina, sino porque pienso que su defensa interesa a los amigos de la libertad.

En el Reino Unido, nada menos, han prohibido la caza del zorro, nada menos, echando mano de una Ley de emergencia que permite saltarse la Cámara de los Lores, y a la que se ha recurrido sólo por cuarta vez desde que fue aprobada en 1911. Dentro de nada el Gobierno laborista obligará a llevar el DNI, que los británicos sin merma de sus libertades han eludido hasta hoy. El mismo impulso antiliberal enlaza ambas medidas, que no obedecen ni a la seguridad ni al cuidado de los animales.

Como recordó Lionel Shriver en el Wall Street Journal, los zorros son una plaga, y la prohibición de su caza ni impedirá ni reducirá su sufrimiento: «A los zorros se los seguirá matando. La única cuestión es cómo. Pese a su aparente salvajismo, los perros matan a su presa en una media de dos a tres segundos, mucho menos de lo que tarda en morir un zorro tras un disparo no certero. De ahí que incluso los partidarios de la prohibición se hayan concentrado en la «ansiedad» del zorro cuando es perseguido, más que en su piadosamente breve agonía». La caza no es sólo aristocrática, pero irrita a los bienintencionados progresistas urbanos: «La caza del zorro convirtió una necesidad, erradicar a los depredadores del ganado, en un ritual, una excusa para retozar a caballo, al aire libre, con camaradería y bebida reconfortante. Y ahí está la clave. Para los virtuosos, matar animales severamente está bien, pero matarlos y divertirse es sadismo y resulta por tanto inaceptable». En España y el resto de Europa también florece «la tiranía de la bondad», como la llama irónicamente Shriver: «No se trata de hacer el bien sino de pretender hacerlo, y de decirles a los moralmente inferiores lo que pueden o no pueden disfrutar. La prohibición de la caza trata de la vanidad».

Así como dicha prohibición tendría desastrosas consecuencias para los animales, como se ha visto en años recientes en África, la de la Fiesta taurina simplemente exterminaría el toro de lidia, acaso el animal más bello que existe.

Es evidente que la oposición de Esquerra Republicana a los toros en Cataluña es un descarado aprovechamiento de la prédica ecologista, cuando en realidad lo único que quieren es profundizar su ficción nacionalista. Concluyó con acierto Zabala de la Serna: «El toro es la excusa, porque huele a España»; aunque, como demostró Andrés Amorós en esta misma página, la Tauromaquia es una fiesta catalana. Y también son catalanas y andaluzas y españolas las multitudes que celebran la Feria de Abril ante la fascista indignación de los nacionalistas pur sang.

Pero dejemos esta estratagema ideológica de lado, y veamos el argumento tal como se lo presenta: la defensa de los «derechos» de los animales. En el interesante debate que organizó ABC en su delegación de Barcelona, el parlamentario de ERC Oriol Amorós dijo que la preocupación por los animales es un salto evolutivo en un proceso que «empezó con una relación antropocéntrica» y que gracias a la ciencia ha llegado a lamentar el padecimiento animal.

Esta asombrosa tesis contradice la antropología y revela, además de la ignorancia de los autodenominados progresistas, la paradoja de que son en realidad clamorosamente reaccionarios. La inquietud por los animales no tiene nada de moderna, sino que se remonta a la humanidad más primitiva: el antropocentrismo es muy posterior y es, él sí, moderno. Los estudiosos de la antropología y la mitología están hartos de discutir cómo la larga época de los cazadores generó la compensación psicológica que divinizó a los animales y de hecho desembocó en la doctrina de la superación de la muerte a través de la reencarnación. Este es el primitivismo que vuelve disfrazado de progresismo. Con mucha razón denunció el vasco-francés Bastiat a los socialistas a mediados del siglo XIX y los acusó de ser lo contrario de lo que se vanagloriaban: antiguos (véase su clásico La ley, de próxima publicación en Alianza Editorial). Enrique Garza, secretario general de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos, dio con esta idea cuando amonestó a los enemigos de la Fiesta: «Estáis situando al toro biológicamente en el mismo plano que al hombre». Tal el quid del totalitarismo: diluir la importancia de las personas.

Oriol Amorós llegó al insultante ridículo de comparar la tradición del toro con los malos tratos a las mujeres, y trazó la línea que prohíbe la diversión con animales: «Si la muerte se justifica por la necesidad de alimentación, bien, de acuerdo; si la muerte es por un espectáculo es algo prescindible». Evoqué a Adam Smith, cuando habla de las pequeñas sectas rigurosas y antisociales, en las que encajarían los ecologistas, viejos enemigos de la caza y los toros. Según el pensador escocés, las diversiones públicas pueden «disipar fácilmente en la mayoría del pueblo ese humor melancólico y apagado que casi siempre es el caldo de cultivo de la superstición y el fanatismo», y de ahí que los «iluminados promotores» de estos últimos siempre las hayan temido y odiado (La riqueza de las naciones, Alianza, página 729).

Cualquier persona que haya estado en un matadero sabe que la vida y la muerte de los animales allí es más lúgubre y atroz que la del toro peor lidiado: no es el maltrato animal lo que estos supuestos progresistas quieren evitar; dejando de lado el frenesí nacionalista, lo que desean impedir es la Fiesta, es la diversión. Aceptan la muerte triste del animal, no la festiva.

Análogo extravío el de Gustavo Martín Garzo, que comparó los zoológicos con los campos de concentración, y avaló a John Berger, que sentenció que los zoos «son el monumento vivo a la imposibilidad del hombre actual para reencontrarse con la mirada animal». Según el escritor español deberíamos oponernos a los zoos porque privan a sus forzados huéspedes de su hábitat natural. Ya hemos visto que estas bonitas palabras nos retrotraen al «progresismo» de la humanidad más ruda.

El pensamiento único tiende a mirar siempre con buenos ojos a las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas o la Unión Europea. Por eso me pregunto cuántos admiradores de la Unesco conocen su apocalíptica y absurda definición de tauromaquia: «Terrible y venal arte de torturar y matar animales en público, según unas reglas, desnaturalizando la relación entre hombre y animal. Constituye un desafío a la moral, la educación, la ciencia y la cultura». Y cuando la Fiesta sea suprimida en Europa, o el vegetarianismo impuesto, me pregunto cuántos recordarán el artículo III-121 del Tratado constitucional europeo, que dice: «La Unión y los Estados miembros tendrán plenamente en cuenta las exigencias del bienestar de los animales como seres sensibles». (Es verdad que se añade que respetarán leyes y usos, pero ¿qué garantía tenemos de la conducta política ante sus propias contradicciones?)

En fin, dedico un último párrafo a los que están convencidos de que la hostilidad a la caza y los toros es señal de progreso. Pues si lo es, entonces hubo un gran gobernante progresista que prohibió la caza del zorro y declaró que en su país «no debe haber cabida para la crueldad con los animales». Fue Adolfo Hitler.

Los errores jurídicos de fondo por Francesc de Carreras


El Tribunal constitucional es parte de la Constitución.

Destaco:

El primer error parte de una base obviamente equivocada: que la Constitución de 1978 está formada, simplemente, por las palabras del texto que se aprobó en aquel año. Con ello se olvida algo fundamental: que nuestra Constitución es una norma cuyo contenido debe desenvolverse dentro del marco que establece la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Ignorar el valor de esta jurisprudencia comporta un serio riesgo de que el tribunal, si no encuentra razonable cambiar de doctrina, declare inconstitucional la norma que la infringe. Esto es lo que ha sucedido con el Estatut.

El segundo error ha sido partir de una concepción equivocada de lo que es un estatuto de autonomía. El hecho de que la jurisprudencia constitucional sostenga, con fundadas razones, que se trata de una ley que forma parte del bloque de la constitucionalidad, no significa que los estatutos estén en una posición jerárquica cuasi constitucional. La concepción "bloque de la constitucionalidad" sólo tiene un contenido procesal, derivado de la lógica constitucional y reconocido en el artículo 28.1 de la ley orgánica del Tribunal Constitucional, pero ello no puede dar lugar a consecuencias que no sean de esta naturaleza, es decir, consecuencias procesales.

Sostener que el tribunal, como se dice, ha dictado una sentencia contra Catalunya, es un puro disparate si creemos en un Estado de derecho. Pedir que el TC, dadas las circunstancias políticas del caso, debía obviar posibles inconstitucionalidades y declararlo todo conforme a la Constitución es incitar a cometer un delito de prevaricación. Todo es más sencillo. El TC ha cumplido, al fin, con su único deber: defender la Constitución mediante argumentos jurídicos.



ARTÍCULO:

Es muy frecuente leer y escuchar estos días que la sentencia del TC sobre el Estatut es una sentencia política. Nada más erróneo: sus argumentaciones –por supuesto discutibles, ahí está algún valioso voto particular– están fundadas en estrictos razonamientos jurídicos. Más todavía, precisamente la resolución del TC ha sido tan negativa para las intenciones de quienes propusieron el Estatut desde Catalunya porque algunas de las bases jurídicas en las que se sustentaba su texto eran, desde el punto de vista del derecho, insostenibles. En este artículo intentaremos analizar someramente algunas de las más significativas.

Previamente, dejemos sentado que el Tribunal Constitucional, al pronunciar su sentencia, ha tenido en cuenta algo que es común en las jurisdicciones de ese género: el máximo respeto al legislador en virtud del principio de conservación de las leyes, principio derivado, sobre todo, de su presunción de constitucionalidad dada la legitimidad democrática de los parlamentos, es decir, de los órganos que las aprueban. El fallo del tribunal, declarando nulos tan sólo catorce preceptos estatutarios y delimitando el significado de muchos más al reducir el ámbito de su interpretación legítima, demuestra la preocupación del Constitucional por demostrar este respeto al legislador.

Ahora bien, los errores jurídicos de fondo, que son transversales a todo el extenso articulado del Estatut, han constituido una barrera insalvable para el tribunal y vía directa de nulidad, vía colateral de interpretación conforme, lo han dejado literalmente desarbolado o, simplemente, desactivado, en muchos de sus aspectos fundamentales. ¿Cuáles son estos errores jurídicos de fondo?

El primer error parte de una base obviamente equivocada: que la Constitución de 1978 está formada, simplemente, por las palabras del texto que se aprobó en aquel año. Con ello se olvida algo fundamental: que nuestra Constitución es una norma cuyo contenido debe desenvolverse dentro del marco que establece la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Ignorar el valor de esta jurisprudencia comporta un serio riesgo de que el tribunal, si no encuentra razonable cambiar de doctrina, declare inconstitucional la norma que la infringe. Esto es lo que ha sucedido con el Estatut.

Desde el principio fue evidente que el contenido del Estatut, en muchos aspectos, resultaba contradictorio con la jurisprudencia del Constitucional. Seguramente, se esperaba que los magistrados cambiaran esta jurisprudencia, de ahí las múltiples presiones que han soportado. La desilusión final de los juristas catalanes que han asesorado técnicamente a los autores del Estatut se ha producido al comprobar que no han conseguido tal finalidad. Al contrario, la mayor parte de las nulidades o "interpretaciones conformes" de las normas estatutarias tiene como fundamento la autoridad de una doctrina constitucional constante y bien asentada, por tanto, muy difícilmente modificable. No tener en cuenta esta doctrina ha sido una imprudencia.

El segundo error ha sido partir de una concepción equivocada de lo que es un estatuto de autonomía. El hecho de que la jurisprudencia constitucional sostenga, con fundadas razones, que se trata de una ley que forma parte del bloque de la constitucionalidad, no significa que los estatutos estén en una posición jerárquica cuasi constitucional. La concepción "bloque de la constitucionalidad" sólo tiene un contenido procesal, derivado de la lógica constitucional y reconocido en el artículo 28.1 de la ley orgánica del Tribunal Constitucional, pero ello no puede dar lugar a consecuencias que no sean de esta naturaleza, es decir, consecuencias procesales.

Los estatutos, además, son normas territoriales que, como es lógico, generan efectos jurídicos únicamente en sus comunidades autónomas respectivas. Pues bien, de manera poco sensata el Estatut ha pretendido, por un lado, limitar las competencias del Estado en Catalunya, competencias que al Estado le otorga la propia Constitución; y, por otro lado, el Estatut ha pretendido también vincular la actuación de los órganos del Estado, algo que está fuera de su cometido no sólo porque su ámbito está limitado jurídicamente al territorio de Catalunya, sino también por razones de simple lógica: si estas facultades las tuviera nuestro Estatut, los demás estatutos podrían igualmente tenerlas, es decir, también podrían limitar y vincular a los poderes estatales. En ese caso, ¿cuál de los estatutos sería preferente, a quién deberían hacer caso los órganos del Estado? En fin, los autores del Estatut no sólo no han entendido el principio de división de poderes, sino que, además, ni siquiera se han comportado con sentido común.

Sostener que el tribunal, como se dice, ha dictado una sentencia contra Catalunya, es un puro disparate si creemos en un Estado de derecho. Pedir que el TC, dadas las circunstancias políticas del caso, debía obviar posibles inconstitucionalidades y declararlo todo conforme a la Constitución es incitar a cometer un delito de prevaricación. Todo es más sencillo. El TC ha cumplido, al fin, con su único deber: defender la Constitución mediante argumentos jurídicos.

El transformista de Moncloa por Gabriel Calzada

Análisis de Gabriel Calzada sobre el manejo de la crisis por parte de Zapatero.

Destaco:

La crisis que comenzó en 2007 fue causada por un mal diseño institucional del ultraintervenido sistema monetario internacional, del que Zapatero sólo es responsable en la medida que lo es toda la clase política. Sin embargo, la depresión en la que hemos entrado es consecuencia directa de las medidas keynesianas de incremento alocado del gasto público y desequilibrio presupuestario que defendió con pasión.

En los dos primeros años de la crisis, llegó a decir que aquellas eran las únicas medidas posibles, en contra incluso de su anterior ministro de Economía, Pedro Solbes, quien le aconsejó que, antes que desajustar las cuentas públicas, era preferible no hacer nada, motivo por el que el presidente le forzó a marcharse.

Zapatero podría imitar a gobiernos socialdemócratas extranjeros, como el sueco, que, en pasadas situaciones de crisis sociales, han liberalizado mercados y otorgado más libertad de elección a los ciudadanos para que fueran ellos los que encabezaran las transformaciones económicas necesarias para prosperar.



ARTÍCULO:

A finales de la semana pasada, el presidente del Gobierno explicó a un medio de comunicación afín y nacional cómo le gustaría pasar a la historia de España. La respuesta de Zapatero muestra el carácter mesiánico de su proyecto y la poca idea que tiene este señor, a día de hoy, sobre las causas de la depresión económica en la que nos encontramos inmersos.

En el futuro, su contestación debería ser estudiada en institutos y facultades como caso práctico de dirigismo económico llevado a su extremo.

Dice Zapatero que quiere pasar a la historia, nada más y nada menos, que “como el presidente que, además de hacer frente a la crisis, transformó la economía y llevó a cabo la tercera gran transición económica de la democracia”.

Para empezar, el líder socialista da por sentado que ha hecho frente a la crisis económica con sus políticas. Su visión recuerda a la del monarca absoluto que se dedica a envilecer la moneda pero piensa que la subida generalizada de los precios se debe a una maldición caída del cielo, a un meteorito o a un acto de brujería, y cree que poniendo tasas a diestro y siniestro se enfrenta al problema.

Cuando las regulaciones de precios desencadenan el desabastecimiento de los mercados, el monarca asiste atónito a lo que ve como una inexplicable desgracia o como un ataque de malvados especuladores y acaparadores.

Tanto el rey absoluto como Zapatero piensan que no tienen otra relación con el fenómeno contra el que creen luchar que la de ser una desafortunada víctima real.

La crisis que comenzó en 2007 fue causada por un mal diseño institucional del ultraintervenido sistema monetario internacional, del que Zapatero sólo es responsable en la medida que lo es toda la clase política. Sin embargo, la depresión en la que hemos entrado es consecuencia directa de las medidas keynesianas de incremento alocado del gasto público y desequilibrio presupuestario que defendió con pasión.

En los dos primeros años de la crisis, llegó a decir que aquellas eran las únicas medidas posibles, en contra incluso de su anterior ministro de Economía, Pedro Solbes, quien le aconsejó que, antes que desajustar las cuentas públicas, era preferible no hacer nada, motivo por el que el presidente le forzó a marcharse.

Efecto desastroso

Con sus políticas, como sucede con el establecimiento de los precios máximos del monarca absolutista, Zapatero secó los mercados y nos condujo, a comienzos de mayo de este año, a una quiebra técnica que por fin reconoció, indirectamente, en el transcurso del debate sobre el Estado de la Nación.

Ni siquiera parece darse cuenta de que con su tijeretazo de urgencia, dictado por Bruselas, Washington y Pekín, no está haciendo frente a la crisis, sino al efecto desastroso de sus anteriores políticas contra la crisis. Además, su beneficioso efecto se producirá sólo si realmente termina recortando el gasto, algo que está aún por ver, porque lo que realmente le pide el cuerpo a ZP el rojo es subir todavía más los impuestos y la carga fiscal, lo que terminaría de asfixiar a la sociedad española.

Zapatero quiere “que esta legislatura sea la de la transformación económica”, esa que quiere realizar personalmente, como si fuera un Mesías, y por la que pretende pasar a la historia de España.

¿A qué transformación se refiere? El presidente está convencido de que las transformaciones de la economía llegan desde el Gobierno, cuando la realidad es que, en una economía sana y sostenible, las transformaciones llegan cada día desde abajo. Las grandes transformaciones desde la cúspide política se sostienen y duran lo que un castillo de naipes en medio de un vendaval.

Zapatero podría imitar a gobiernos socialdemócratas extranjeros, como el sueco, que, en pasadas situaciones de crisis sociales, han liberalizado mercados y otorgado más libertad de elección a los ciudadanos para que fueran ellos los que encabezaran las transformaciones económicas necesarias para prosperar.

"Somos lo que somos como país", como dice Zapatero, y los españoles tratarán de aprovechar las ventajas competitivas que tengamos para salir adelante. El problema para desempeñar esta tarea es que, en su anterior anuncio de transformación, Zapatero infló el tamaño del Estado y elevó costes de producción tan esenciales como el energético, imponiendo una enorme losa sobre las espaldas de los españoles que tratan de ofrecer productos dentro y fuera de nuestro país a precios atractivos.

Lo que necesitamos no es “confianza en nosotros mismos como país”, porque esa no es la causa de nuestra lamentable situación, sino menos transformistas en el Palacio de La Moncloa y más reformas liberalizadoras que permitan a los españoles llevar a cabo los cambios paulatinos que vayan configurando libremente nuestro modelo económico y social.

Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia en el Museo Thyssen-Bornemisza

Visita nocturna al Thyssen para ver la exposición Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia.

Un placer poder ir al museo a las 21:30 y disfrutar hasta las 23:00, buena temperatura, buen ambiente, poca gente, y buen arte.



Hard Candy

Película interesante, al menos no me dormí la siesta, pero que hubiera sido perfecta para un cortometraje de unos 20 minutos. Según avanzaba la película me iba cansando más, e iba decayendo mi interés.


Julian Assange: Why the world needs WikiLeaks

Entrevista de Chris Anderson a Julian Assange de wikileaks.

La filtración de documentos secretos ha desatado una gran polémica.


La tragedia andaluza: 1.104.100 parados, el 27,7% de la población por Pedro de Tena

Noticia sobre el paro en Andalucía.

Aquí la evolución del paro en España desde 1976.

La comunidad autónoma andaluza ha estado gobernada por el PSOE desde que se constituyó:

Plácido Fernández Viagas, Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía, 1978 - 1979.

Rafael Escuredo, Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía, 1979 - 1982, y Presidente de la Junta de Andalucía, 1982 - 1984.

José Rodríguez de la Borbolla, Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía, 1984 - 1990.

Manuel Chaves González, Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía, 1990 - 2009.

José Antonio Griñán Martínez, Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía, 2009 - actualidad.




NOTICIA:

El paro aumentó en Andalucía en 23.200 personas durante el segundo trimestre de 2010. En el conjunto del país, el número de parados se incrementó en 32.800 personas en dicho segundo trimestre. Por lo tanto, del crecimiento del paro es responsable Andalucía en un 70 por ciento. Hemos superado los 1.100.000 parados y nos acercamos mucho a 28 por ciento de tasa de paro, algo realmente insoportable. Estos son los resultados de la EPA que puede comprobar aquí.

En el conjunto del país, el número de parados se incrementó en 32.800 personas en el segundo trimestre del año, con lo que la tasa de desempleo aumentó levemente, hasta el 20,09 por ciento, y el volumen total de parados marcó un nuevo récord. En total, 4.645.500 personas estaban sin empleo al finalizar junio, lo que supone 508.000 parados más que un año atrás.

El paro andaluz de este segundo trimestre supone un aumento del 2,14 por ciento en relación con el trimestre anterior, con lo que el número total de desempleados se situó en 1.104.100 parados y la tasa de paro se situó en el 27,78 por ciento, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre hechos hoy públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según el resumen de Europa Press, en los últimos doce meses, el desempleo aumentó en 105.300 personas, lo que supone un incremento del 10,55 por ciento, mientras que el número de ocupados descendió en 61.200 personas, lo que supone un descenso porcentual del 2,09 por ciento en relación con el mismo trimestre del año anterior.

De abril a junio la cifra de ocupados en Andalucía descendió en 21.000 personas en relación con el trimestre anterior, lo que supone un descenso del 0,73 por ciento, de forma que la cifra total de ocupados alcanza las 2.870.100 personas.

Andalucía ascendió en el segundo trimestre de 2010 a ser la segunda comunidad con mayor tasa de paro, sólo por detrás de Canarias (29,48 por ciento). La Comunidad es la zona que mayor incremento del número de parados registró en los últimos doce meses (105.300 parados más), seguida por Madrid que registró 100.300 parados más.

La Comunidad andaluza ocupa el puesto noveno respecto a la actividad, con una tasa del 58,82 por ciento, por detrás de Baleares (67,83 por ciento), Comunidad de Madrid (65,22 por ciento), Cataluña (62,86 por ciento), Murcia (61,89 por ciento), Canarias (61,79 por ciento), Navarra (60,73 por ciento), Comunidad Valenciana (60,61 por ciento), y La Rioja (59,35 por ciento).

POR SEXOS

De los 1.104.100 parados que recoge la EPA al cierre del segundo trimestre del año 2010, 606.6000 son varones y 497.400 mujeres. En cuanto al total de ocupados, de los 2.870.100 ocupados andaluces, 1.647.600 son hombres y 1.222.500 son mujeres.

La tasa de paro femenina es dos punto mayor que la masculina en Andalucía, por detrás de Extremadura, con una diferencia entre ambas de 6,45 puntos, Castilla-La Mancha (4,35 puntos más elevada la tasa femenina que la masculina, y La Rioja (3,76).

En concreto, la tasa de paro masculina se sitúa en Andalucía en el 26,91 por ciento, 7,19 puntos por encima de la media nacional, que es del 19,72 por ciento, mientras que la tasa de paro femenino es del 28,92 por ciento, 8,36 puntos más que la media del país (20,56 por ciento).

Por lo que respecta a la tasa de actividad quedó establecida en el 58,82 por ciento, 1,29 puntos por debajo de la media nacional, que es del 60,11 por ciento.

En concreto, el número de activos en el segundo trimestre fue de 3.974.200 personas, por lo que se registró un aumento de 2.100 personas, un 0,05 por ciento más respecto al trimestre anterior, mientras que en relación con el mismo trimestre del año anterior subió en 44.200 personas, un 1,12 por ciento más.

Según la EPA, en Andalucía hay 2.870.100 ocupados, de los que 1.647.600 son varones y 1.222.500 mujeres, por lo que la tasa de actividad masculina se sitúa en el 67,85 por ciento, 0,52 puntos menos que la media española (68,37 por ciento), mientras que la femenina está en el 50,08 por ciento, 2,11 puntos por debajo del promedio nacional (52,19 por ciento).

ALMERÍA, CÁDIZ Y MÁLAGA, CON LAS TASAS DE PARO MÁS ALTAS

Almería, Cádiz y Málaga fueron las provincias con mayor tasa de desempleo en el segundo trimestre, con un 29,43 por ciento, las dos primeras, y un 29,62 por ciento, la última. En el resto de provincias, la tasa de paro en Granada ascendió a (29,21 por ciento), Córdoba (28,69 por ciento), Jaén (27,15 por ciento), Sevilla (24,67 por ciento) y Huelva, con una tasa de paro de 23,87 por ciento.

En cuanto a tasa de actividad, Almería, con 65,72 por ciento, es la única provincia andaluza con porcentajes superiores al 60 por ciento en el segundo trimestre del año.

En números absolutos, en la Comunidad fueron Málaga y Sevilla las que ocuparon las dos primeras posiciones en la Comunidad, con 232.000 y 223.400 parados, respectivamente.

Lee Smolin on science and democracy

Lee Smolin habla sobre la evolución de la ciencia y su relación con la democracia.


When ideas have sex by Matt Ridley

Matt Ridley habla sobre la evolución de la raza humana y su intercambio de ideas como explicación al continuo y exponencial crecimiento de ideas y tecnología.

Sheena Iyengar on the art of choosing

Reflexión de Sheena Iyengar sobre las elecciones y su relación con la educación y el entorno.

Colombia-Venezuela: una ruptura anunciada por Andrés Oppenheimer

Oppenheimer analiza las relaciones entre Colombia y Venezuela, con las relaciones económicas como uno de los temas importantes.

Destaco:

Chávez, en lo que algunos críticos definen como una maniobra para desviar la atención de la presencia de guerilleros colombianos en su pais, inmediatamente rompió relaciones diplomáticas con Colombia, y alegó que Estados Unidos y Colombia están creando excusas para invadir Venezuela. También amenazó con reducir las exportaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos, que representan el grueso de los ingresos externos de su país.

Ambos países son mutuamente dependientes en el ámbito económico: Venezuela sufre de escasez de alimentos debido a sus desastrosas políticas económicas, y Colombia necesita mantener sus importantes exportaciones de alimentos a Venezuela.

En 2008, Chávez amenazó con declararle la guerra a Colombia tras el ataque colombiano a los campamentos guerrilleros en Ecuador, y en 2009 Venezuela ``congeló'' las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia después de que Uribe autorizó a tropas estadounidenses el acceso a siete bases militares colombianas. Desde entonces, el comercio bilateral ha disminuído más del 70 por ciento.



ARTÍCULO:

Se supone que los periodistas no debemos bajarle el dramatismo a ninguna noticia, pero debo confesar que no me desvela la decisión de Venezuela de romper relaciones diplomáticas con Colombia, ni tampoco la amenaza del presidente venezolano Hugo Chávez de suspender las exportaciones de petróleo a Estados Unidos.

Pese a los grandes titulares sobre el conflicto colombiano-venezolano, diplomáticos latinoamericanos y estadounidenses me dicen en privado que la rencilla entre Chávez y el presidente colombiano saliente Alvaro Uribe probablemente se calme -- al menos por un tiempo -- cuando el presidente electo colombiano Juan Manuel Santos asuma su cargo el 7 de agosto.

Este último choque diplomático entre Venezuela y Colombia empezó la semana pasada, cuando el gobierno colombiano convocó una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) para presentar videos, fotos y mapas acusando al gobierno venezolano de dar refugio en territorio venezolano a 1,500 guerrilleros colombianos, y exigir una investigación regional del caso.

Chávez, en lo que algunos críticos definen como una maniobra para desviar la atención de la presencia de guerilleros colombianos en su pais, inmediatamente rompió relaciones diplomáticas con Colombia, y alegó que Estados Unidos y Colombia están creando excusas para invadir Venezuela. También amenazó con reducir las exportaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos, que representan el grueso de los ingresos externos de su país.

¿Qué motivó a Uribe a llevar el caso ante la OEA apenas dos semanas antes de dejar la presidencia?

Existen dos teorías: que lo hizo para atarle las manos a su sucesor y obligarlo a mantener la línea dura de Colombia en materia de seguridad, o lo hizo como parte de un acuerdo secreto con Santos para ahorrarle al nuevo presidente el problema de una confrontación directa con Chávez desde el principio mismo de su mandato.

La revista británica The Economist y muchos otros medios internacionales apoyan la primera teoría. ``Uribe intenta socavar cualquier posible reconciliación de su sucesor con el gobierno de Venezuela'', afirma un titular de esa publicación.

Aunque Santos fue ministro de Defensa de Uribe y llevó a cabo las operaciones más audaces que emprendió Colombia contra de la guerrilla, incluyendo el ataque a los campamentos de las guerrillas colombianas en Ecuador en 2008, en los círculos políticos colombianos circulan versiones de que los dos dirigentes se han distanciado en las últimas semanas.

Uribe, quien aún goza de altos índices de popularidad en Colombia, consideró hasta último momento la posibilidad de postularse para un tercer periodo presidencial, y Santos no fue su primera elección para la candidatura de su partido cuando los tribunales dispusieron que un tercer periodo presidencial sería inconstitucional.

Despues de que Santos ganó las elecciones con un 69 por ciento de los votos, un porcentaje sin precedentes en el país, el presidente electo se sintió suficientemente fuerte como para anunciar la designación de ministros de Relaciones Exteriores y de Agricultura que no fueron del agrado de Uribe, según dicen políticos colombianos cercanos a los círculos del poder.

De acuerdo con la segunda teoría, el gobierno saliente llevó el caso a la OEA para hacerle el trabajo sucio a Santos, y evitarle tomar medidas conflictivas desde el principio de su gobierno.

Pero la mayoría de los diplomáticos extranjeros coinciden en que Santos encontrará la manera de desactivar la crisis una vez que asuma, aun cuando Venezuela siga negándose a permitir una investigación internacional de los campamentos guerrilleros colombianos.

Ambos países son mutuamente dependientes en el ámbito económico: Venezuela sufre de escasez de alimentos debido a sus desastrosas políticas económicas, y Colombia necesita mantener sus importantes exportaciones de alimentos a Venezuela.

``Para ambas partes hay motivos suficientes para resolver el conflicto'', dice un funcionario de alto rango del Departamento de Estado de Estados Unidos. ``Entre los dos países hay una relación económica simbiótica''.

Mi opinión: esta última crisis diplomática pasará pronto, para volver a resurgir más tarde.

En 2008, Chávez amenazó con declararle la guerra a Colombia tras el ataque colombiano a los campamentos guerrilleros en Ecuador, y en 2009 Venezuela ``congeló'' las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia después de que Uribe autorizó a tropas estadounidenses el acceso a siete bases militares colombianas. Desde entonces, el comercio bilateral ha disminuído más del 70 por ciento.

Una vez que Santos asuma la presidencia, lo más probable es que veamos una tregua, y quizás una reanudación gradual del comercio bilateral. Pero la luna de miel entre ambos mandatarios difícilmente será duradera.

Santos no se quedará con los brazos cruzados mientras Chávez tolere campamentos guerrilleros colombianos en su territorio, y Chávez necesitará seguir presentándose como víctima de un supuesto complot estadounidense-colombiano para justificar sus medidas cada vez más totalitarias en el plano interno. Es una película que ya hemos visto varias veces, y nada indica que alguien cambiará el libreto.

El Gobierno elimina el 90% de los visados colegiales obligatorios

NOTICIA:

El Consejo de Ministros aprobó este viernes mediante un Real Decreto reducir el uso del visado colegial obligatorio a nueve categorías frente a las ochenta que había en la actualidad para eliminar cargas administrativas y trámites "innecesarios".

Según la reseña del Consejo, con esta medida las empresas y los particulares ahorrarán hasta 815 millones de euros al año de los 932 millones que el trámite les costaba hasta ahora. El 70% del ahorro vendrá dado por el aumento de la eficiencia que supondrá el que los profesionales tengan menores trabas administrativas.

El Gobierno reconoce que, si bien el visado acredita la identidad y la habilitación de los profesionales que lo tienen, así como la integridad documental de sus trabajos, no sirve para garantizar la calidad técnica de los proyectos ni responsabiliza al colegio de la revisión de los cálculos.

Por ese motivo, ha previsto que el visado sea obligatorio sólo en los casos "estrictamente necesarios y proporcionados" para que sirva de apoyo a la Administración Pública en sus funciones de control a priori.

Así, sólo es obligatorio el visado para los proyectos de ejecución de edificación, para los certificados finales de obra y para los proyectos de demolición. También requieren visado los proyectos de explotaciones mineras y de voladuras, así como los proyectos de fábricas y depósitos de explosivos, pirotecnia y cartuchería.

En el resto de trabajos el visado colegial será voluntario. La eliminación de 71 visados colegiales se enmarca dentro del objetivo de reducción de cargas administrativas que establece la estrategia de la Ley de Economía Sostenible y que pretende reducir las cargas administrativas en un 30% hasta 2012 y en un 50% hasta 2020.

El alto coste del barato Kindle de Amazon por Martin Peers

Artículo de Martin Peers sobre Amazon.com, el Kindle y sobre los libros electrónicos.

Destaco:

Como el consejero delgado de Amazon, Jeff Bezos, explicaba en mayo, el Kindle sería atractivo para los “lectores serios”, que según sugería podría ser el 10% de la población. Esto se traduce en casi 30 millones de personas sólo en EEUU.



Pero Amazon también afronta una competencia cada vez mayor. Sobre todo de Apple. Su iPad, pese a ser más caro, ofrece muchas más funciones que un simple libro electrónico, y hay quienes podrían considerar su uso más sencillo que el del Kindle. Hasta junio de este año, se habían vendido 3,3 millones de iPad.



Las guerras de precios pueden reducir el apetito de los inversores por las empresas. Puede que Amazon siga el único camino que tiene abierto, pero sigue corriendo el riesgo de asustar a los que no confían en el compromiso de la empresa con el balance final.



ARTÍCULO:

Algo debe cocerse en Amazon.com, dado su compromiso con los recortes de costes sin importar los daños a corto plazo.

La decisión del minorista de introducir un nuevo Kindle más barato sólo unas semanas después de rebajar el precio de la versión actual del dispositivo, confirma que Amazon piensa en el largo plazo al intentar aumentar su cuota en un mercado –en esta ocasión, el de los libros electrónicos–. Hace sólo una semana, Amazon sorprendió a Wall Street con unos márgenes operativos para el segundo trimestre menores a lo previsto, como consecuencia del aumento de las inversiones en sus negocios, incluidos los costes de márketing para el Kindle.

Con un precio de 139 dólares (106 euros), el nuevo equipo cuesta un tercio del Kindle original y casi la mitad de lo que se pagaba hace sólo cinco semanas la segunda versión. El agresivo nuevo precio debería atraer a más personas. Eso no quiere decir que el Kindle se convierta en un “producto de masas”, como sugiere Amazon; no es más probable que un lector ocasional de libros pague 139 dólares por el dispositivo que 259 dólares, pero eso no tiene por qué suponer un problema.

Como el consejero delgado de Amazon, Jeff Bezos, explicaba en mayo, el Kindle sería atractivo para los “lectores serios”, que según sugería podría ser el 10% de la población. Esto se traduce en casi 30 millones de personas sólo en EEUU.

Hay que admitir que es posible que muchos de ellos sean más ávidos lectores que compradores, y que pidan prestados los libros a amigos o los cojan de las bibliotecas. Incluso así, el Kindle dispone de margen de expansión. Youssef Squali, analista de Jefferies & Co., calcula que a fecha del 30 de junio, Amazon había vendido entre 3,5 y 4 millones de Kindle.

Pero Amazon también afronta una competencia cada vez mayor. Sobre todo de Apple. Su iPad, pese a ser más caro, ofrece muchas más funciones que un simple libro electrónico, y hay quienes podrían considerar su uso más sencillo que el del Kindle. Hasta junio de este año, se habían vendido 3,3 millones de iPad.

Amazon ha garantizado con buen criterio que los libros para el Kindle también podrán adquirirse y leerse en el iPad. Pero existe el riesgo de que los usuarios del iPad, incluso los que compren libros para el Kindle, opten en alguna ocasión por la tienda iBooks de Apple. La compañía de la manzana ya ha igualado el terreno de juego con Amazon en relación al precio de los libros electrónicos, tras alcanzar acuerdos con la mayoría de las grandes editoriales que obligaron a Amazon a subir el precio de sus best-seller electrónicos. Amazon sigue teniendo ventaja en lo referente al catálogo de libros, pero es probable que esta se reduzca.

No puede ignorarse a otros rivales como el Nook, de Barnes & Noble.

El recorte de costes de Amazon no será barato. La empresa aseguró el año pasado que los costes de fabricación del Kindle eran “significativamente más altos” que los 185 dólares apuntados por iSupply. Los costes se habrán reducido probablemente desde entonces, y al no ofrecer acceso a la red móvil también se abarata el precio. Sin embargo, sigue siendo probable que la compañía pierda dinero al vender cada unidad a 139 dólares. Algo positivo de la amenaza de Apple es que las subidas forzadas de los precios de los libros electrónicos deberían haber mejorado los márgenes de Amazon en este apartado.

Las guerras de precios pueden reducir el apetito de los inversores por las empresas. Puede que Amazon siga el único camino que tiene abierto, pero sigue corriendo el riesgo de asustar a los que no confían en el compromiso de la empresa con el balance final.


Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe The High Cost of Amazon's Cheap Kindle

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Diez mitos del mercado que nunca morirán por Expansión

Pese al reciente rally bursátil, lo cierto es que el mercado de valores está muy complicado para los inversores, sin una tendencia clara.

A corto plazo, las dudas sobre la recuperación económica persisten a ambos lados del Atlántico y las variaciones de las cotizaciones son muy bruscas en una misma sesión. En un plazo más largo, las pérdidas son elevadas desde los máximos anteriores a la crisis, pero también se acumulan fuertes ganancias desde los mínimos de 2009.

Los asesores intentan hacer su trabajo y ayudar a sus clientes con frases que se repiten una y otra vez. Sin embargo, hay diez de estos consejos que Wall Street Journal pone en cuestión y recomienda revisar.

1. Es un buen momento para invertir en bolsa.

¿Seguro? Es difícil que un broker le diga que es un mal momento para invertir. Es como preguntarle a un peluquero si necesita un corte de pelo: “Por supuesto”.

2. Las acciones rentan de media el 10% al año.

Es un dato histórico tomado desde 1800. Los datos del siglo XIX no son muy rigurosos y el panorama desde el siglo XX es mucho más complejo. Los expertos ahora sugieren que sería más realista cifrar la rentabilidad en el 5%. Y, además sería de rentabilidad media, para lo que habría que comprar los títulos a un precio medio. Si se compran cuando están más caros, las cuentas no salen.

3. “Las previsiones de nuestros economistas son…”

Pregunte a su asesor si el economista predijo la última recesión y, en caso afirmativo, cuándo. En 2008 todavía había muchos economistas que seguían negando la recesión. Lo normal es predecir “una desaceleración, no una recesión”. Así no se pillan los dedos suceda lo que suceda. Warren Buffett dijo una vez que los que predicen el comportamiento de los mercados hacen quedar bien a los adivinos.

4. Invertir en bolsa le permite participar en el crecimiento de la economía.

Que se lo digan a los japoneses. Desde 1989 su economía ha crecido un 25% y la bolsa ha caído el 75%. O a alguien que invirtiera en Wall Street hace una década. Más ejemplos. En 1969, el PIB de EEUU era de un billón de dólares y el Dow Jones estaba cerca de los 1.000 puntos. Trece años después, la economía había crecido a 3,3 billones y el Dow Jones seguía en los 1.000 puntos.

5. Si quiere más rentabilidad debe asumir más riesgo.

Esto es una sorpresa para Warren Buffett, que prefiere invertir en compañías y negocios aburridos. En los últimos 25 años, el índice Factset Research de utilities (conservador) ha superado al emocionante y arriesgado Nasdaq. La única forma de obtener mayores rentabilidades es comprar las acciones baratas en relación a sus futuros flujos de caja. Su broker probablemente entiende por “riesgo” lo que es “volatilidad”, es decir, que el precio sube y baja. Pero para usted, el riesgo es realmente la posibilidad de perder capital.

6. “La bolsa está barata justo ahora. El PER es sólo de 13 veces”.

El PER (relación entre el precio y los beneficios) puede ser engañoso, porque los beneficios son muy volátiles. Pregunte a su broker por otras variables, como la rentabilidad por dividendo, o el PER ajustado a un ciclo de diez años. Ninguna es perfecta, pero éstas últimas sugieren que el mercado ahora está más caro que barato.

7. No se puede hacer “timing” con el mercado.

Realmente es una locura intentar aprovechar los giros del mercado, pero eso no quiere decir que se puedan tener algunas cosas en cuenta. Si se compran acciones cuando son baratas respecto a los flujos de caja, que suele ser cuando la gente es pesimista respecto al mercado, generalmente se acierta. Pero si se compra cuando las acciones están caras y todos son optimistas, probablemente se equivoque.

8. “Recomendamos una cartera diversificada de fondos de inversión”.

Si su broker le recomienda diversificar entre liquidez, bonos, acciones, inversiones alternativas, materias primas y metales preciosos, es un buen asesor. Pero muchos lo que hacen es recomendar fondos de inversión con distintos nombres y estilos como grandes compañías de valor, o pequeñas compañías de crecimiento, pequeñas compañías de valor internacionales… Son trucos de marketing. Suelen ser fondos 100% invertidos en acciones y como la economía global cada vez está más correlacionada, realmente la diversificación es menor.

9. “Este es un mercado de selección de valores”

Cada mercado parece estar definido como “de selección de valores”. Pero lo cierto es que la mayor parte de los rendimientos de la inversión proviene de la selección de tipos de activos más que de las inversiones individuales.

10. “Las acciones se comportan mejor a largo plazo”.

¿Qué significa largo plazo? Si pierde diez o más años, exactamente de qué sirve. Como dijo John Maynard Keynes: “En el largo plazo, todos muertos”.

Atentado de ETA en la Plaza de la República Dominica, en Madrid, 14 de julio de 1986



Carmelo Bella Álamo

José Calvo Gutiérrez

Miguel Ángel Cornejo Ros

Andrés José Fernández Pertierra

Jesús María Freixes Montes

José Joaquín García Ruiz

Santiago Iglesias Godino

Jesús Jiménez Gimeno

Antonio Lancharro Reyes

Javier Esteban Plaza

Angel de La Higuera Lopez

Juan Ignacio Calvo Guerrero

Asesinados por ETA en Madrid.

República Dominicana, ocho menos diez de la mañana. Un convoy de la Guardia Civil formado por un autobús, un microbús y un coche de escolta se dirigía desde el cuartel de la Agrupación de Tráfico, en Príncipe de Vergara, a las instalaciones de Venta de la Rubia en Campamento. A bordo, 70 guardias, la mayoría alumnos del primer curso de circulación procedentes de la Academia de Úbeda (Jaén) que iban a realizar prácticas de conducción de motocicletas. La explosión de una furgoneta Sava con 50 kilos de Goma 2 activada a distancia alcanzó sobre todo al autobús, en el que viajaban 58 hombres. Cuatro murieron en el acto; otros cuatro, camino de La Paz, el noveno, a las nueve y media de la noche; Javier, cuatro días después; Ángel, el 31 de julio; y Juan Ignacio, el 5 de agosto. 56 personas resultaron heridas, cuatro de ellas muy graves.

Carmelo era de Granja de Torrehermosa (Badajoz); tenía 22 años. José, de Barcelona, 19; Miguel Ángel, de Valencia, 24; Andrés, de Gijón, 20; Jesús María, de Lérida, 21; José Joaquín, de Merindad de Valdivieso (Burgos), 21; Santiago, de Hondón de las Nieves (Alicante), 20; Jesús, de Teruel, 20; Antonio, de Monasterio (Guadalajara), 21; Javier, de Guadalajara, 26; Ángel, de Alfacar (Granada), 20; y Juan Ignacio, de La Pola de Gordón (León), 24.

Todos llevaban en la Guardia Civil entre cuatro meses y medio y poco más de un año.

Vida de château (XIX) por Arcadi Espada

Reflexión de Espada sobre el progreso y los animales.

Destaco:

Los animales sólo me dan asco y/o miedo. Últimamente hasta comerlos me da aprensión, lo que yo doy más a la civilización que al envejecimiento. No me hace del todo feliz esta circunstancia, pero las cosas se han producido así y no de otra forma. En el campo se aprecia perfectamente, y por contraste, cuál ha sido una de las grandes conquistas del progreso: esto es la radical separación entre hombres y animales.

Esta seca sensación urbana de que nada te corre piernas arriba.

 
 
COMENTARIO:
 
Durante la siesta tuve una experiencia darwinista. Sigilosamente, y mientras yo dormía, un dragón se deslizó por mi cama e hizo una deposición a un palmo de mi nariz. «La deposición del día», decía el fino Soldevila cuando dejaba su full de dietari en manos del cajista. La deposición normal del dragón es como una pepita de sandía con una pequeña mancha blanca. Compacta y dura. La cuestión darwinista es que me despertó el olor, una vella i coneguda olor. Hasta aquel momento yo ni siquiera sabía que los dragones escribían fulls de dietario. Pero una tarde de consultas entre los lugareños dio como resultado que, en efecto, un dragón había realizado esas sorprendentes maniobras durante mi siesta. La certeza me produjo una gran repugnancia retrospectiva.

El caso fue el asunto central de la cena, celebrada con gran éxito en la casa pequeña, y acabó proyectándose hasta los animales en general. El patrón, por ejemplo, explicó algunas de sus experiencias en la Guinea de los años 50, que debía de ser mucha Guinea. Un cazador Lasaleta, que vivía en pleno bosque. Tenía Lasaleta unas serpientes en cautividad (cerastes) cuya mordedura era rápida y mortal. Pero sólo si se producía con la serpiente en ayunas: si la serpiente había comido no había peligro en al menos 12 horas, eso contó. Una día Lasaleta se fue a cazar. Volvió. Le preguntó a la negra si había dado de comer a sus serpientes y la negra asintió. Así metió la mano en la caja y se puso a jugar con las serpientes. Una le mordió. La mordida le pareció rara y violenta, pero no había nada que temer. Fue hasta la negra pidiéndole agua y vendas. Pero hubo un súbito cambio de plano. Al verle, la negra se puso a llorar. Lasaleta la examinó en silencio durante unos segundos.

—No le diste la comida, verdad?

—No, Masa, no. Se me olvidó —y daba gritos horrísonos.

Lasaleta no dijo nada más. Se fue a su escritorio, levantó la tapa, y escribió unas cartas a sus parientes cuyo asunto central es que iba a morirse. Y, en efecto, murió en el término de un día, y entre grandes delirios.

El patrón lo explica muy bien, imitando la noble frialdad del cazador. Se guarda un efecto final.

—Aquí también hay cerastes… —noto que me miran, pero yo me limito a mirar al anfitrión, más silencioso, pero no menos letal—. Aunque son pequeñas e inofensivas.

Los animales sólo me dan asco y/o miedo. Últimamente hasta comerlos me da aprensión, lo que yo doy más a la civilización que al envejecimiento. No me hace del todo feliz esta circunstancia, pero las cosas se han producido así y no de otra forma. En el campo se aprecia perfectamente, y por contraste, cuál ha sido una de las grandes conquistas del progreso: esto es la radical separación entre hombres y animales.

Esta seca sensación urbana de que nada te corre piernas arriba.