La ola de matrimonios gay por Andrés Oppenheimer

Oppenheimer escribe sobre el matrimonio homosexual y lo relaciona directamente con el turismo y la economía. Aquí en inglés.

Destaco:

Mi opinión: Los matrimonios gay serán una tendencia imparable, no tanto por consideraciones éticas, sino por motivos económicos. El turismo gay constituye alrededor del 15 por ciento del mercado turístico mundial, según algunas estimaciones, y pocos países perderán la oportunidad de atraerlo.

La secretaria de Turismo de México, Gloria Guevara, me dijo la semana pasada que los gays gastan más dinero --y más tiempo-- en vacaciones que las parejas heterosexuales, y que su país está tratando activamente de ganar ese mercado. El mercado del turismo gay estadounidense, por sí solo, gasta 6,500 millones de dólares anuales, agregó.

No resulta sorprendente que inmediatamente después de aprobada la ley que permitió los matrimonios gay en Argentina, las autoridades de Ciudad de México ofrecieron un viaje gratis a la capital mexicana a la primera pareja gay argentina que se casara. La competencia por el mercado del turismo gay ya se ha desatado, y nada la detendrá.

Como suele ocurrir, lo que empezó como una cruzada por los derechos civiles terminará imponiéndose por razones económicas.



ARTÍCULO:

Desde Alaska hasta la Patagonia, los defensores de los matrimonios entre personas del mismo sexo conquistaron victorias legales en varios países en los últimos días. Y apostaría que --pese a la intensa oposición de la Iglesia Católica-- las bodas gay serán legales en la mayoría de los países del continente más pronto de lo que muchos creen.

La Corte Suprema de México dictaminó el 5 de agosto que la ley aprobada hace seis meses en Ciudad de México que autoriza las bodas entre personas del mismo sexo es constitucional, rechazando una apelación que pretendía invalidarla. Cinco estados mexicanos han aprobado recientemente leyes que permiten matrimonios gay, y se espera que el fallo de la Suprema Corte allane el camino para que varios otros hagan lo mismo.

El 4 de agosto, una corte de San Francisco anuló la prohibición de los matrimonios gay en el estado de California. Lo más probable es que el caso sea apelado y llegue a la Corte Suprema, que decidirá si los homosexuales tienen el derecho constitucional a casarse en todos los estados de Estados Unidos. Los matrimonios gay ya son legales en Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington D.C.

El 21 de julio, Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano que legalizó los matrimonios entre personas del mismo sexo. Proyectos de leyes similares destinados a legalizar el matrimonio gay ya han sido presentados o están en proceso de presentarse en Chile, Perú, Colombia y varios otros países de la región.

La tendencia hacia la legalización del matrimonio gay está avanzando a toda velocidad. Desde que Holanda legalizó los matrimonios entre personas del mismo sexo en el 2001, fue seguida por Bélgica en el 2003, España y Canadá en el 2005, Noruega y Suecia en el 2009, y Portugal e Islandia este año.

Los obispos de la Iglesia Católica han catalogado las bodas entre personas del mismo sexo de ``abominables'', arguyendo, entre otras cosas, que la Biblia dice ``creced y multiplicaos'', y que uno de los objetivos esenciales del matrimonio es la procreación.

Asimismo, muchos sacerdotes católicos dicen que la legalización del matrimonio gay establecería un peligroso precedente, y que los homosexuales podrían adquirir los mismos derechos a la herencia y seguros médicos mediante otros contratos legales como las uniones civiles.

¿Dónde está el límite? Con este precedente, muy pronto podríamos tener matrimonios entre tres, cuatro o veinticinco personas, o matrimonios entre personas y animales, me dijo en un programa televisivo el sacerdote católico y profesor universitario de bioética Alfred Cioffi. ``Forzar la legalización del matrimonio gay es destruir el concepto del matrimonio'', señaló.

Los defensores del matrimonio gay responden que la práctica no es nada nueva --los emperadores romanos tenían cónyuges varones hace 2,000 años-- y que en la Biblia hay varios fragmentos que exigen igualdad y justicia que contradicen la postura contraria a los matrimonios del mismo sexo.

En cuanto al argumento de que el matrimonio gay establece un precedente peligroso, los partidarios de los casamientos entre homosexuales responden que los opositores a los matrimonios interraciales hacían el mismo argumento antes de que la Suprema Corte de Estados Unidos los legalizara en 1967.

Desde entonces, blancos y negros se han casado entre sí sin mayores problemas, con frecuencia produciendo hijos muy exitosos, como el actual presidente de Estados Unidos.

En lo referido al tema más conflictivo del debate sobre los matrimonios gay --la adopción de niños-- los defensores dicen que no hay estudios científicos que demuestren que los hijos adoptados por gays tengan mayor propensión que otros a ser homosexuales. Por el contrario, muchos niños criados por parejas homosexuales son heterosexuales, alegan.

Mi opinión: Los matrimonios gay serán una tendencia imparable, no tanto por consideraciones éticas, sino por motivos económicos. El turismo gay constituye alrededor del 15 por ciento del mercado turístico mundial, según algunas estimaciones, y pocos países perderán la oportunidad de atraerlo.

La secretaria de Turismo de México, Gloria Guevara, me dijo la semana pasada que los gays gastan más dinero --y más tiempo-- en vacaciones que las parejas heterosexuales, y que su país está tratando activamente de ganar ese mercado. El mercado del turismo gay estadounidense, por sí solo, gasta 6,500 millones de dólares anuales, agregó.

No resulta sorprendente que inmediatamente después de aprobada la ley que permitió los matrimonios gay en Argentina, las autoridades de Ciudad de México ofrecieron un viaje gratis a la capital mexicana a la primera pareja gay argentina que se casara. La competencia por el mercado del turismo gay ya se ha desatado, y nada la detendrá.

Como suele ocurrir, lo que empezó como una cruzada por los derechos civiles terminará imponiéndose por razones económicas.

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